Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Está tan implicado el tren en mi vida que la primera luz que vi al nacer fue sobre la marquesina de una estación. Casi todo en mí está ligado al tren; incluso mi dedicación a lo artístico tiene una derivación poderosa: las obras artísticas relacionadas con el ferrocarril; de ellas me enamoro y a ellas acudo siempre que puedo. Por eso, me duele tanto lo que está pasando con la feria de los bonos gratuitos que el Gobierno de la nación se ha sacado de la manga, no para beneficiar a los que lo necesitan sino como algo que les sirva para ganar votos fáciles en una ley hecha a la ligera, sin medir consecuencias y con claro objetivo político.

Todo gobernante que se precie debe velar por el bienestar de sus ciudadanos; algo que debería ser una norma de obligado cumplimiento y su no consecución, motivo suficiente para que tales políticos se vayan a su casa. Pero aquí, el hipotético bienestar ciudadano sólo sirve para una politiquera falsa con espurios objetivos. Hay muchísimos, muchísimos, muchísimos ciudadanos que necesitan utilizar diariamente el tren y hacerlo les produce un profundo menoscabo en su economía. Esos son los que, realmente, deben beneficiarse de los bonos gratuitos. Con ellos hay que volcarse. Generalizar la gratuidad del servicio de cercanías y de media distancia tiene un claro trasfondo político y de búsqueda de beneficios electorales. Conocemos el paño y sabemos cómo son los bueyes con los que nos toca arar.

Lo peor, además, es que no se ha sabido o no se ha querido medir las consecuencias. Los trenes, sobre todo, regionales, los que unen provincias; aquellos que los estudiantes deben coger mayoritariamente, se ven vacíos cuando en las taquillas te niegan un billete porque los mismo están completos. La picardía, fomentada por la propia normativa que mueve la utilización de tales bonos, ha llevado a unas circunstancias nefastas. La gente reserva plazas -como no cuesta nada - para luego, no hacer uso de las mismas. La consecuencia la pagamos el resto de usuarios que vemos la imposibilidad de acceder a una plaza con los trenes medio vacíos. Ayudemos con decisión a los que lo necesitan pero seamos sensatos y no mentirosos. La realidad tiene las letras claras. El Gobierno lo sabe; pero mira hacia otro lado. Populismo barato.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios