Análisis

Dr. bartolomé beltrán

Virus respiratorios

Esta campaña se están alcanzado las mayores coberturas antigripales de la historia

Este segundo otoño de pandemia nos presenta un nuevo escenario en el que los virus 'tradicionales' vuelven a ser los protagonistas. La gripe estacional es un importante problema de salud pública asociado a una elevada morbimortalidad. Solo en España, en la campaña 2019-2020 la gripe provocó 27.700 hospitalizaciones y 3.900 defunciones. En la campaña de la gripe 2020-2021, marcada por el Covid-19, se han alcanzado las mayores coberturas antigripales de la historia, si bien también se elevaron los objetivos de vacunación marcados, por lo que deben seguir los esfuerzos por elevar la tasa de vacunación.

El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha publicado el informe 'Vacunación antigripal en España en tiempos del Covid-19', según los resultados, el 72,9% de las personas declaró haberse vacunado o tener cita para hacerlo, porcentaje que desciende a un 68,4% en adultos jóvenes y aumenta hasta un 91,2% en mayores de 80 años. Un 24,9% lo haría ese año por primera vez, argumentando recomendación médica (57%), miedo a el Covid-19 (26%), miedo a la gripe (14%) u otras razones. Por su parte, los principales motivos para no haberse vacunado fueron la falta de percepción de riesgo de enfermar de gripe, la falta de tiempo para vacunarse y los efectos secundarios. Por el momento, la incidencia de gripe se mantiene muy baja, pero sí que desde Atención Primaria se está observando un incremento de las infecciones respiratorias agudas como los resfriados. Para Julio Maset, médico de Cinfa, "la bajísima incidencia de estas patologías que hubo en 2020 está produciendo un efecto de 'fallo de memoria'. Es decir, tras un año y medio sin que apenas hayan hecho acto de presencia, no nos acordábamos de que estas infecciones forman parte de nuestra realidad cotidiana y, al descubrir que están regresando, nos sorprendemos".

Esta sensación de 'sorpresa', unida a la dificultad de diferenciar si se trata de un resfriado o de infección por la Covid-19, puede generar una alarma innecesaria. "Para evitarlo, debemos actuar con calma y no acudir de manera sistemática a los centros de salud, para evitar que estos se saturen". En algunos casos, los síntomas serán los que nos den la pista de qué virus los ha generado, aunque, en otros, un test nos dará la respuesta. A la hora de diferenciar las tres afecciones, es importante conocer sus principales síntomas, si bien se debe tener en cuenta que la vacunación contra la COVID-19 ha hecho que muchos casos sean leves y con sintomatología muy similar.

En general, los resfriados comunes se caracterizan por los típicos estornudos, algo de tos, mucha mucosidad, congestión nasal con moco fluido, picor de garganta y ojos llorosos. La gripe, en cambio, suele cursar con síntomas como fiebre alta, dolor muscular y de cabeza, cansancio intenso, debilidad y malestar general, muchos de los cuales son también característicos de el Covid-19.

En general, los síntomas de estas infecciones respiratorias pueden aliviarse con reposo, una correcta hidratación y los medicamentos adecuados, que deben ser prescritos y dispensados por los profesionales sanitarios.

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