Ignacio García

Ambición, culpa, tiranía y pueblo

Los árboles y el bosque

22 de enero 2025 - 03:04

Muchas veces, la ambición a cualquier precio ha llevado a la violencia, la traición, el delito y la tiranía. Hitler, Mussolini, Franco, Netanyahu, Trump, son ejemplo de personajes que, cargados de ambición, no dudaron en impulsar el genocidio, maltrato o racismo de grandes colectivos o pueblos enteros.

Alguna vez al criminal le surge un sentimiento de culpa que atenaza su conciencia hasta obsesionarlo, haciéndole incapaz de razonar y anulándolo. Aunque no parece que los ejemplos citados y otros similares hayan tenido o tengan ningún sentimiento de culpa por su holocausto, su irracional represión al adversario político – aun cautivo y desarmado -, sus bombardeos genocidas, su odio al inmigrante… Hay quien dice incluso que conceptos como culpa, conciencia y ética no tienen sentido en un mundo global gobernado por la inteligencia artificial o, mejor, por quienes la controlan: corporaciones e individuos cuyo principal objetivo es difuminar hasta borrar las ya tenues fronteras entre política y economía o instituciones públicas y empresa.

¿Y qué le queda al pueblo que sufre una tiranía explícita o camuflada? Pues el inconformismo y la rebelión. Antes, las batallas eran cuerpo a cuerpo, hombre a hombre, en ocasiones con guerrillas. Hoy la lucha es más sofisticada: las armas son drones, misiles de largo alcance y ciberespionaje, controladas por las mismas corporaciones e individuos que referíamos antes. Le queda a ese pueblo la esperanza en la política a través de una democracia radical. Y elegir bien a quien se vota: todos los citados – salvo el golpista Franco - llegaron al poder por las urnas.

Todo esto, mejor que aquí, se cuenta en la ópera Macbeth de Verdi que el próximo viernes y el domingo se representan en el Teatro Villamarta. Si pueden, vayan a verla.

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