El pasado lunes 24 de septiembre la Merced volvía a reencontrarse un año más con los jerezanos y, en esta ocasión, la jornada se tornaba aún más especial -si cabe- que otros cursos. Ambiente magnífico el que se presenció este lunes festivo en el centro, en el que la Virgen estuvo más que bien acompañada durante todo su trayecto. Por motivos personales, hacía cuatro años que no podía vivir este día en mi ciudad y éste, por tanto, me dejó un buen sabor de boca. Si este lunes fue especial para mí, lo fue aún más para la comunidad mercedaria, que cumplía 800 años de su fundación. Por este motivo, San Pedro Nolasco, fundador de la Orden, acompañó a la Patrona abriendo paso en el cortejo. Algo único e histórico. Eso sí, me faltó ver más público en este primer paso. Todo se concentró en la señora de la ciudad. Aunque, como ha declarado el padre mercedario Felipe Ortuno, más de un componente del cortejo de la Merced -tanto civil como eclesiástico- decidió abandonar el cortejo antes de la llegada a la Basílica, olvidándose de una entrada especial por calle Merced, con momentos irrepetibles.

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