Análisis

Alejandro Peñalta Prior del convento del Carmen

50 años al servicio de Jerez de la Frontera

Estos 50 años transcurridos desde la declaración de la Iglesia del Carmen como Basílica Menor por el Papa Pablo VI, tienen hoy para nosotros un carácter muy especial. Queremos, ante todo, dar las gracias a Dios por los muchos beneficios recibidos durante este tiempo junto al pueblo cristiano de Jerez. Y lo hacemos, no tanto por un edificio hermoso, sino por la vida que ha generado este templo, consagrado a la Santísima Virgen del Carmen, entre los fieles cristianos de esta ciudad: consuelo, en los momentos de dolor; luz, en los momentos de oscuridad; alegría y esperanza, en los momentos de perdón.

Nuestra Basílica ha sido la casa de Dios y la casa de la Virgen, construida no con piedras sino con los corazones de los miles de fieles que se han encomendado a Ella, y lo siguen haciendo, para poder crecer, madurar y celebrar la fe, rezando, conviviendo y, compartiendo alegrías y penas.

Sería imposible repasar ahora todos los acontecimientos vividos a lo largo de estos años y cómo esta Basílica ha sabido acoger tanto a los niños, como a jóvenes; a las personas adultas y a las mayores; actos de devoción popular; momentos intensos de oración y de culto mariano; celebraciones sacramentales del Matrimonio, del Perdón y de la Eucaristía diaria.

Muchos han sido los Carmelitas que han pasado por esta comunidad, la mayoría de ellos hombres santos que han dejado una huella imborrable en el pueblo de Dios, a los cuales, aunque no nombraremos, los tenemos presentes por su testimonio de vida y entrega generosa a la Iglesia de Jerez. Damos gracias a Dios también por todo lo que esos nombres propios han supuesto para esta Basílica, y, junto con ellos, agradecemos la presencia de tantas y tantas personas que han construido y siguen construyendo, día a día, esta Comunidad de Fe. Algunos han fallecido, y pedimos por ellos; otros, siguen aquí: la Orden Tercera del Carmen, la Hermandad de Damas y Caballeros del Carmen, nuestra querida Hermandad de la Lanzada, la Coral del Carmen, el grupo joven de Acólitos y, cómo no, los que saben "hacer hablar" al Órgano de la Basílica, que embellece maravillosamente nuestras celebraciones litúrgicas, sin olvidarnos de todos los bienhechores que, con su generosidad, ayudan a sostener y a mantener la Basílica.

Teniendo, pues, en nuestros corazones tantos momentos vividos, tantos nombres, tanta vida compartida, elevamos a Dios y a nuestra Madre Santísima del Carmen, de quienes procede todo bien, un GRACIAS grande, lleno de cariño y de reconocimiento sincero. Porque el Señor, moviendo muchos corazones, hizo que este templo se construyera para ser consagrado a tu Madre Santísima del Carmen y así pudiese ser un auténtico Carmelo donde las personas puedan encontrarse con el Rostro de Dios. GRACIAS MADRE por todo el bien que has hecho en estos cincuenta años sirviéndote de este lugar sagrado. Por la vida de esta comunidad cristiana que Tú has sostenido, bendecido e iluminado. Gracias MADRE, muchas gracias por saber consolar a este pueblo de Jerez que te quiere y que fiel al amor que tu le profesas camina contigo. Ayúdanos a hacerte cada vez más el centro de nuestra vida y a renovar el compromiso de cada uno de nosotros con tu Hijo en la construcción de un mundo mejor.

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