Habíamos comentado en nuestra anterior columna la historia de nuestros personajes, dos flamencos que habían nacido en el Zoo-Botánico de nuestra ciudad, en la colonia existente formada por adultos que, por una causa u otra, eran irrecuperables para la vida en libertad.

El primero Wisdom (por cierto en inglés significa "sabiduría") una noche de fuerte viento de levante voló fuera de nuestro zoo, y tras muchas peripecias llegó a la marisma de Cetina donde permanece desde entonces. El segundo Warter no quería marcharse, lo que hoy en día se conoce como un "nini", pero los técnicos del zoo, con buen criterio, decidieron llevarlo donde estaba su compañero. La marisma de Cetina es esa extensión de agua salobre que encontramos en la autovía que va para Cádiz, donde podemos observar una interesante avifauna. Curiosamente, el primero que se fue permanece desde entonces merodeando en el mismo lugar, y sin embargo el que no quería irse se da grandes paseos y llega hasta la marisma de Doñana como si nada y en un momento. Ojalá algún día se decidan a criar y tengamos a dos jerezanos padres por esos mundos de Dios.

Aunque ahora sea una especie fácil de observar, en otros tiempos su presencia era considerada para los ornitólogos como un acontecimiento. Hoy en día nidifica en varios lugares de la Península Ibérica, aunque su lugar de cría tradicional está en la laguna de Fuente de Piedra, en la provincia de Málaga, que por cierto y por causa de la sequía la colonia fue abandonada este año en pleno período de cría por la ausencia de agua y el peligro que supone para los adultos su indefensión ante los predadores. Y desde allí, en época de cría, vienen hasta la Bahía de Cádiz para alimentarse. Como vuelan de noche y en grandes bandadas es relativamente frecuente escucharlos cuando pasan por el cielo de Jerez.

Cielos en los que, y casi puntual a Todos los Santos, ya podemos ver las cigüeñas retornando a sus nidos.