Análisis

Antonio Morillo Crespo

El cura de Conil y el Obispo

No habrá distinción de clases y no será el cura de Conil el único que pavimente el infierno

Qquizás sea Conil el pueblo más dinámico, trabajador y creativo de la provincia de Cádiz. Me creo aquello de que, cuando Cristóbal Colón llegó a América, ya estaba un conileño allí vendiendo tomates. Y como tal pueblo y ambiente, un cura que dice y hace las cosas como Dios manda, fiel a sus principios, caritativo (me consta y bien que me consta) y que no tiene pelos en la lengua, se significa por ser discrepante y sostener una conducta respetuosa pero valiente. Y esto le ha costado ser 'castigado' por su Excelencia Reverendísima. El pueblo se pone a su lado y le respalda. ¡Qué reconfortante y qué bueno! Pero es la cosa cuando el que manda, manda. Balas al cañón, como en la mili. Lo malo es que no es la milicia, sino en una religión, la nuestra, católica, apostólica y romana, donde ya no se eligen los mandamases como creo que era al principio, que eran elegidos por el mismo pueblo. Ahora solo el Sumo Pontífice es así, se elige democráticamente. Los cardenales reunidos e inspirados por el Espíritu Santo lo eligen. Afortunadamente tenemos el buen Papa Francisco que es una maravilla. No creo que en este caso de Conil haya sido el Espíritu Santo, que como Dios que es, es justo, bueno y estoy seguro que hasta demócrata (no se rían que Dios tiene todo lo bueno). Otros cargos son a dedo, que pueden acertar o no acertar. Que juzgue el pueblo. Que para eso está el proverbio latino vox populi vox Dei.

Ustedes imagínense que un municipio cualquiera tiene un Ayuntamiento con su alcalde y concejales, todo normal, pero hay uno de los dichos concejales que critica al alcalde y no sigue la tónica de sus compañeros de decir amén a todo lo que ordena o dictamina el jefe. Y un día el alcalde lo destituye por las buenas y santas pascuas. Los gritos llegarían al cielo. Porque la oposición y la crítica es buena y positiva, no hay por qué castigarla. En Cádiz estábamos acostumbrados a prelados muy comprensivos y verdaderamente buenos y queridos por la gente. Gutiérrez Díez, Añoveros, Dorado Soto y Ceballos Atienza, todos de grata memoria. Yo no sé por qué los gaditanos que son intuitivos y sabios critican por doquier al actual señor Obispo. La solución está en él mismo, desde pedir traslado a las misiones, a ejercer de modo distinto a los viejos gobernadores de provincia. Por ejemplo a Mozambique (28% de cristianos) y a lo mejor le hacen arzobispo de Maputo. Sería un gesto fantástico para escribirlo en la historia de la Iglesia gaditana.

Yo estuve cuatro años en el seminario y todavía me acuerdo de cómo nos acojonaban en los sermones a los seminaristas diciéndonos "que el infierno está empedrado de coronillas de curas". Si es así, no habrá distinción de clases y no va a ser el cura de Conil el único que pavimente el infierno. Cada cual, alto dignatario o bajo, tendrá que tentarse su conciencia. Ah, y que nadie me diga "ojo donde te metes, cuidadito". Que ya ha pasado mucho tiempo (1.605 años) de cuando Cervantes hizo decir a Don Quijote: "hermano Sancho, cuídate mucho que con la Iglesia hemos topado". Escribir esto es mi deber y lo hago.

P/D. Por lo pronto me uno a tantas voces y escritos en defensa del cura de Conil, don Rafael Vez, un buen sacerdote culto, inteligente y valiente. Habrá que restituir su honor y honra.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios