Análisis

FÁTIMA DÍAZ TORRES

Del 'dientes' a la mirada

Hace unos días Isabel Pantoja volvía a los juzgados, esta vez como testigo en el juicio contra su hermano, Agustín Pantoja, por varios delitos, entre ellos el de estafa. Según han informado varios programas de Telecinco, la tonadillera se acogió a su derecho de no testificar. Agustín, por su parte, no respondió a algunas de las preguntas del juez. Con todo, parece que el asunto no pinta muy bien para Kiko Rivera, el demandante de su tío, pues aunque la denuncia tiene peso, supuestamente no está lo bien fundamentada que debería para seguir adelante.

Lo que llamó la atención de la última aparición pública de la cantante de Marinero de luces fue la ya denominada 'Panto-mirada fulminante' a los periodistas. A falta de 'dientes, dientes' -porque la mascarilla tapa la boca-, las miradas que matan los han sustituido. ¿Por qué Isabel Pantoja siempre pone esa mala cara a los periodistas? Dicen que alguien le preguntó si estaba preocupada por volver a la cárcel. Entendemos su enfado, pero nos culpa de todo: del enfrentamiento con su hijo Kiko, de que éste denuncie a su hermano, de que tenga que acudir a los juzgados de Chiclana de la Frontera a testificar... a este paso nos va a culpar hasta de la muerte de Paquirri. ¡Qué mala relación ha mantenido siempre con la prensa!

Otro aspecto que llamó la atención fue el ataque de ansiedad que sostienen que sufrió dentro de la sala. Esta mujer siempre anda nerviosa cuando se enfrenta a las cámaras sin querer, porque en Top Star nunca se la ve salirse del tiesto. En esos momentos duros que le ha tocado vivir, nunca echa el coraje que de sobra expresa con la mirada cuando los que le preguntan son los periodistas.

Y aún le quedan numerosos momentos incómodos que afrontar en los próximos meses. La denuncia de Kiko se ha cruzado con otra de Agustín Pantoja y los cuchillos vuelan en esta familia tan dividida que da pena verlos.

La entrada de Isabel y su hermano como dos señoras mayores de riguroso luto, apoyados ambos en el otro, parece sacada de un vodevil de los años 40. Esa imagen, según ha revelado Irene Rosales, esposa de Kiko, en Viva la vida, se ha clavado como un puñal en el corazón del 'pequeño del alma' y nada hace presagiar a corto plazo un acercamiento entre ambas partes. "La familia no es siempre de sangre", asegura el DJ. En sus redes se despachó a gusto contra la traición de su madre, pese a que finalmente hemos conocido que no llegó a testificar, ni en su contra ni a su favor. "Mi reacción la verás por otro lado", le espetó con ira a la que siempre había defendido a pesar de todo. El triste final de esta disputa la pondrán los jueces.

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