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En el año 2000 me detectaron un cáncer linfático que emocionalmente me afectó y cambió mi vida. Me ayudaron muchas personas en el proceso de la quimioterapia.
El 6 de octubre del pasado año derrapé con mi vespa 125, con el resultado de 7 puntos de sutura en el mentón y fractura de tibia y peroné. Ulceración de la piel del tobillo, a causa de una inadecuada escayola e intervención quirúrgica. Siete clavos para sujetar la unión de los huesos fracturados. Bien atendido por el cirujano, los técnicos sanitarios, y actualmente en rehabilitación.
No creí que la vida me ofrecería mas oportunidades. Gracias todas y a todos. Aún me falta capacidad pulmonar. Estaba harto, aburrido, áspero, malhumorado, con ganas de morirme.
Esperando mi turno en la rehabilitación, veo a una señora en una silla de ruedas que tiene una prótesis de metal en una pierna. La ciudadana arregladita, de buen parecer, cincuenta y tantos años… me fijo mas atentamente y observo que le falta la otra pierna también. La señora sonreía y respondía a los buenos días. Entro a la sala colectiva de rehabilitación. Al poco rato, veo que entra la señora y observo que se alisa el pelo y le faltan los dedos de la mano izquierda. Me acerco a ella, y para sorpresa mía le falta la mano derecha. Le pregunto su nombre y me responde “Mari Carmen” Me cuenta el motivo de su mutilación múltiple, una infección. Le expreso mi asombro de su buena disposición, de su sonrisa. Hablamos de los nietos, me comunica que hay que vivir, con alegría, superando las adversidades. Le doy las gracias por su actitud positiva.
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