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Apenas cinco días de Cuaresma y la lluvia se hace protagonista. Parece que nos ha mirado un tuerto. No hay forma ni manera de quitarse de encima la tan traída relación entre las cofradías y el agua. No quisiera ser agorero, pero ya se sabe lo que dice el refrán castellano: “Lo que mal empieza mal acaba”. Cirros, cúmulos y estratos se hacen de nuevo protagonistas nada más arrancarse las naranjas del centro de Jerez y deslizarse el aroma a incienso que inunda los templos y llega hasta las calles, estén con o sin obras.
Tampoco quisiera rememorar la Semana Santa de 2024 que fue para olvidarla. Sin apenas cofradías y con torrentes de agua que solo tuvo la buena nueva de la subida del nivel de los pantanos. De aquellos polvos, estos lodos. O lluvias. Y no es precisamente que los cofrades hayan dejado de preparar los días del gozo. Si la gabardina aún conserva ese olor característico del incienso pegado a la ropa, permítame decirle que no merecerá la pena llevarla a la tintorería porque hay que sacarla de nuevo en la Cuaresma.
¿Qué conclusión deberíamos de sacar ante tanta adversidad climatológica? No seré yo el más indicado para pontificar nada. Aunque en este mundo pontífices no faltan. Ni tampoco me atrevo a aseverar que San Pedro no sea cofrade. Esto de las procesiones se ha convertido en un espectáculo más que inunda toda una ruta o peregrinación que se extiende por toda Andalucía. Ya no vale ver la trasera de la Piedad e irte a casa con las lágrimas saltadas porque tenía que pasar un año para volver a oler a cera derretida. Ahora, desde los distintos ‘palacios’ se determina toda una ‘geoestrategia’ donde las cornetas y los tambores no han de faltar. La Semana Santa, por tanto, ante tanta oferta, se ha convertido en una propuesta más. Eso sí, todo indica que en esta ‘globalización’ tendrá la espada de Damocles de la lluvia. Para darle un poco de más suspense al asunto. Y como estrambote a la columna me atrevo a declarar que, ya a toro pasado, al Lunes de Pascua se erige como el día con más sol y moscas del año. Para enmarcarlo.
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