Carmen Pérez

¿Por qué necesitamos un euro digital?

Tribuna Económica

11 de agosto 2023 - 00:00

Este tema, el euro digital, se presenta rodeado de mucha confusión, sin conocerse bien exactamente qué es y cuáles son las razones que obligan a crearlo. El Banco Central Europeo ha publicado recientemente un artículo –¿Por qué necesita Europa un euro digital?– que intenta explicarlas. No entra en señalar el potencial disruptor que conlleva, pudiendo en el futuro provocar la transformación de la arquitectura de nuestro sistema financiero.

Actualmente nos hemos acostumbrado a realizar los pagos digitalmente. Los hacemos hasta para cantidades mínimas, como cuando compramos nuestro pan de cada día. Por eso, al hablar del euro digital, siempre hay quien aduce que para qué, que ya existe. Y no, lo que usamos ahora son euros digitales bancarios, que no es para nada lo mismo.

Lo que se propone es poder contar, además de con el efectivo, con su versión digital: una moneda digital del banco central. Con este euro digital podríamos pagar de forma fácil y sin coste alguno, utilizando, por ejemplo, un monedero digital en los teléfonos. Incluso sin conexión a Internet, como hacemos ahora con los billetes y monedas. Sería, además, un sistema de pagos equipado para resistir cortes de energía y ciberataques.

La privacidad, aspecto que levanta muchas sospechas, estaría garantizada. Para pagos fuera de línea de bajo valor, serán completamente anónimos; para transacciones electrónicas de mayor valor, sólo se accedería a la información bajo supuestos legales. A los que critican que el Estado nos vigilaría habría que hacerles ver que en la actualidad estamos completamente controlados por los bancos: todos nuestros movimientos y compras se rastrean fácilmente siguiendo nuestras cuentas bancarias.

Tampoco puede obviarse la importantísima mejoría que supondría para la eficiencia en los pagos: reduciría las comisiones y estimularía la competencia. Empujaría a los bancos y a otros proveedores de servicios de pago al desarrollo de nuevos servicios financieros y de pago paneuropeos, incitando a la innovación y facilitando la competencia con grandes empresas financieras y tecnológicas no europeas.

También hay razones de índole estratégica. La soberanía y primacía del euro están en juego. Actualmente es la segunda moneda más importante del mundo después del dólar. Las criptomonedas, las stablescoins y las monedas digitales soberanas emitidas por otros bancos centrales amenazan con reducir el atractivo del euro. Además, la competencia con estas alternativas podría poner en peligro la estabilidad de nuestro sector financiero.

En este primer momento, sólo se contempla una introducción gradual del euro digital, imponiendo límites a la cantidad que los ciudadanos podrían mantener. El objetivo es evitar salidas masivas de los depósitos bancarios, que provocarían una crisis financiera. Pero queda abierta la posibilidad para el futuro de que los ciudadanos y empresas podamos tener nuestro dinero directamente en el banco central, con mucha más seguridad y sin límites: como tenerlo en un colchón electrónico. Esto obligaría a la banca a reinventarse y a independizarse del sector público, del que tantos privilegios y dependencia tiene actualmente.

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