Pistoletazo

19 de noviembre 2025 - 03:06

Cómo ha cambiado todo. El mes de noviembre era un mes de transición. Habían pasado los fastos de la vendimia, seguidores de los esplendores veraniegos y llegaba un mes de serenidad que, aquí comenzaba con la procesión de la Merced –para nosotros, aparte de la Academia y de los pocos atractivos fastos del Pendón, ese que alguno tiene en su casa, el día de San Dionisio aportaba muy poco, casi nada y, ya, ni siquiera es día festivo– y que se alargaba, eternamente, hasta después de día de la Purísima –que no del Puente de la Constitución-.

Hoy ya no es nada lo mismo. Los décimos de la Lotería de Navidad se venden en julio y las zambombas, que resuenan casi desde el día de la Merced, hacen su aparición antes que el almanaque anuncie que queda más de quince días para la festividad de San Andrés – 30 de noviembre-. Ya, todo es un proceso desenfrenado para que las zambombas estén al cabo de la calle.

El viernes que viene, nuestra Alcaldesa tocará el botón de encendido del alumbrado navideño. Al día siguiente, Jerez será un bullicio de gente en la calle degustando unas zambombas que, si no se saben manifestar, se convertirán en estúpidos episodios sin sentido. Estoy a favor de la Fiesta con mayúscula, no con la minúscula del prosaísmo y las malas formas.

Me gusta, como a casi todos, la Navidad y sus bellos desenlaces. Quiero un Jerez exultante, dando al mundo la dimensión de la excelencia, del señorío y de la verdad. Para eso no hay tiempo, cuanto antes mejor. Lo chabacano, lo burdo, lo que no es, no ha tenido lugar nunca en esta tierra de gente de bien abierta a los demás. Desechemos lo que nunca ha sido y no queremos y acojamos una fiesta de los sentidos que debe ser la algarabía consciente de una pueblo sabio y serio que sabe lo que quiere.

stats