¿Cuál es la verdad?

Los mismos acontecimientos pueden ser calificados de verdaderos o falsos. Hay verdades, comprobables, que son tildadas de inciertas. Es un hecho cierto que las vacunas impiden que ciertas enfermedades, polio, sarampión, gripe… son eficaces contra ellas. Recuerdo la cantidad de niños infectados por la poliomielitis que se operaban en el Sanatorio, por el doctor Girón, porque no existía la vacuna. La vacuna contra el COVID, tiene gran cantidad de detractores. A un ciudadano de apellido Pellicer le amputaron una pierna en 1640. Devoto de la Virgen del Pilar, ésta le hizo el milagro de restituirle la pieza que le faltaba. El cojo de Calanda. ¿Verdadero o falso?

También es cierto que muchas medicinas falsamente “milagrosas” no sirven para nada, pero que la propaganda las hace creíbles. Jubilados de clase media, licenciados, se han convertidos en transmisor de las mas grandes mentiras sobre la actualidad, y repiten a través de WhatsApp como verdades auténticas mentiras. O quizás se trate de deslegitimar todo los que puede ser democrático. Una cosa es la opinión y otra el periodismo.

Contra el gobierno se extiende la creencia de que van a aprovecharse, niegan el “amor a la patria”, niegan la nacionalidad. Ya se decía en la dictadura:” España Una, Grande y Libre …” Una, si hubiera dos, muchos nos iríamos a la otra; libre para tomar la cervecita donde queramos; grande porque cabemos todos: madrileños, madrileños, madrileños”. Hay que aprender a discernir.