Cambio de sentido
Carmen Camacho
Zona de alcanfort
Además del cumpleaños de Dick Van Dyke, que el pasado 13 de diciembre cumplió 100 años marcándose unos pasos de baile, este mes se celebra (o por lo menos yo lo hago e invito a ustedes a hacerlo) otro importante aniversario relacionado con esa obra maestra, que como los buenos vinos más gana cuantos más años pasan, llamada Mary Poppins. Obra maestra por el diseño de producción y el concepto de la película milimétricamente inspirado por Disney, por la dirección de Robert Stevenson –el gran e infravalorado director de Las minas del rey Salomón, la magistral Jane Eyre, Hasta el fin de la tierra o, en su larga etapa con Disney, Los hijos del capitán Grant o La bruja novata–, por la integración de imagen real y animada, por los decorados y los fondos pintados, por las canciones de los hermanos Sherman, por las orquestaciones de Irwin Kostal y por supuesto por las interpretaciones de Julie Andrews, Dick Van Dyke, David Tomlison, Glynis Johns, los niños Karen Dotrice y Matthew Garber; sin olvidar el lujo de los extraordinarios veteranos –los secundarios de esta película eran historia de Hollywood desde el mudo– Elsa Lanchester, Hermione Baddeley, Reta Shaw, Reginald Owen, Ed Wyn o la muy fordiana Jane Darwell –nada menos que la Ma Joad de Las uvas de la ira, la Kate de Pasión de los fuertes, la Miss Florie de Tres padrinos, la hermana Ledyard de Caravana de paz, la Aurora de El sol siempre brilla en Kentucky o la Delia de El último hurra– entonces retirada, a sus 84 años, en una residencia a la que Disney fue a buscarla tratándola como la estrella que era.
El otro importante aniversario de Mary Poppins, tras el cumple siglo de Van Dyke, en este diciembre es el de su estreno. ¿Pero este no tuvo lugar el 27 de agosto de 1964 en el Grauman’s Chinese Theatre de Hollywood? Ciertamente. Pero eso nos cogió un poco lejos. Lo que este diciembre conmemoramos es el 60 aniversario de su estreno en España: el día 2 en Madrid, en el Palacio de la Música, y el 18 en Sevilla, en el Imperial, que anunciaba “¡Felices Navidades con Mary Poppins!”. Don Fernando Artacho y Llorens se coronó esas Navidades porque un día antes había estrenado My Fair Lady en el Llorens. Y tan felices que fueron aquellas Navidades para el cine y para los sevillanos.
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