Cuarto de Muestras

Amores de antes

No sólo en el amor ha dejado de ser importante la fidelidad. También pasa en las empresas y en la política

La fidelidad ya no vende. Las relaciones humanas, como los electrodomésticos, parecen tener programada su propia obsolescencia. De la exhibición en las redes sociales de un amor de película al desgaste absoluto hay apenas un paso, el de la curiosidad al aburrimiento. Todo el mundo tiene derecho a rehacer su vida, es la frase hecha que consagra la ruptura. Hay quien tarda más en organizar su boda que en darse cuenta de que se ha equivocado. La muerte ya no separa apenas a nadie, es la vida la que se encarga de ir rompiendo lo roto, porque con los años todos estamos algo rotos. Ser fiel tiene su grandeza, aunque algunas veces te lo pongan muy difícil y te entren ganas de tirar al otro por la ventana. Algunos hacen la trampa de llamarse pareja abierta, que para mí es tan difícil de entender como el agua seca. El amor ha dejado de ser una energía que ni se crea (surge) ni se destruye (siempre queda), sólo se transforma. El amor ha pasado a ser un bien de consumo más, que produce deshechos poco reciclables, porque a la mayoría nos gusta tropezar una y otra vez con la misma piedra.

No sólo en el amor la fidelidad ha dejado de ser importante. También las empresas tratan mejor al nuevo cliente robado a la competencia que al que le ha sido fiel. La lealtad no se premia. Se nos condena a la eterna comparación de precios y condiciones, a ser un consumidor errante en busca de migajas en los primeros meses de relación; poco después hay que huir como los trashumantes en busca de nuevos pastos. Una condena.

En política la fidelidad casi no se da tampoco. Se forman gobiernos de convivencia imposible, con esos que llaman amores tóxicos. Lo de Ciudadanos en Andalucía ha sido una grata excepción. Ni un reproche, ni una queja. El PP, más que ganar, ha enviudado de un marido discreto y bueno, que ha sabido dejarle una herencia con la que vivir si no hace locuras. No lo tiene fácil pese a esa mayoría suficiente, como la llama humildemente Juanma Moreno. Esta legislatura puede ser la de una viuda que se ha quedado sola en el mando, con unos hijos díscolos que le van a hacer sufrir y recordar los buenos tiempos. La izquierda, niña caprichosa y mimada en Andalucía, necesita resucitar y Vox tiene que decir "aquí estoy yo" severamente, aunque sea con voz de monja y cuadernillo de Rubio bajo el brazo. Ojú, qué plan.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios