Vara y pulgar

Daniel lamparero

Director de Diario de Jerez

Asignatura perenne

Un par de celebraciones han coincidido esta semana en el fondo, que no en la forma, porque en principio parece que poco tienen que ver un coloquio celebrado en la Fundación Cajasol con una Gala 25 Aniversario como la vivida el viernes en el Teatro Villamarta. Pero sí que hubo un mensaje que coincidió lanzado desde las tablas de ambos escenarios: Jerez tiene que defender lo suyo y para eso tiene que creérselo; y para eso, tiene que conocer mejor lo que tiene, que no es poco sino al contrario: es mucho.

En la excepcional Gala de las bodas de plata del Villamarta, el impagable -por su segunda acepción de la RAE- José Manuel Zapata dejó algunas reflexiones de lo más acertadas: tirando de la frase de Nietzsche "la vida sin música sería un error" acabó pidiendo que en la escuela, en vez del martirio que supone la flauta para la mayoría de los niños, se enseñara a cantar. La Escolanía Los Trovadores fue un ejemplo tan entrañable como emocionante de cómo puede llegar a ser la diferencia...

Pero eso es otro asunto; quiero referirme a cuando habló de que las empresas no quieren clientes sino fans, y que para fidelizar a los primeros y convertirlos en lo segundo, invertir en cultura en general y en el teatro en particular es invertir en emociones, porque el que se emociona en un teatro nunca lo olvida. Y ahí pidió "que la gente de Jerez no invierta en Madrid -eso es de catetos- sino que lo hagan en el Villamarta porque si no defendemos nosotros Jerez ¿quién lo va a hacer?".

Acierto en el centro de la diana y que coincide con el mensaje lanzado en otras tablas, las del teatro de la Fundación Cajasol un día antes por Jorge Ramos (Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre), César Saldaña (Consejo Regulador) y Juan Alfonso Romero (Federación de Peñas Flamencas) hablando del patrimonio cultural de Jerez como oportunidad para el desarrollo económico de la ciudad. Y los tres apuntaron a la misma diana que Zapata: Jerez tiene el potencial de la autenticidad pero "los primeros que tenemos que conocer, valorar y cuidar ese patrimonio somos los jerezanos"; "la clave está en creérnoslo" y para ello "tenemos que conocer mejor lo que tenemos" a fin de poder valorarlo como se merece.

Y esta cultura de vino, caballos, flamenco y Villamarta -como representante de las múltiples actividades culturales- es la que hay que inculcar desde pequeños para valorarla de mayores y para que, como refería Zapata, la asignatura de música no sea el calvario de la flauta sino la magia del canto; en Jerez hay que promocionar el flamenco en las aulas de una vez por todas pero también que niños y mayores conozcan la Real Escuela y el mundo del caballo en la ciudad, bodegas y viñedos y que se emocionen en el Villamarta o en otros teatros y el vasto patrimonio cultural de la ciudad cale en la sociedad.

Conocer y enseñar el patrimonio cultural propio es la mejor manera de defenderlo y esa es nuestra asignatura perenne.

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