A uno de los dos clubes que comparten la hegemonía del fútbol español lo han pillado en flagrante delito. La Agencia Tributaria investiga al pago de siete millones de euros del Barça al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros desde 2001 a 2018. Retribuciones por supuestos informes verbales sobre árbitros. Quizá no pueda establecerse que la relación de Enríquez Negreira con el Barcelona quebrantó la ley o le favoreció en el campo de juego, pero estamos ante una acción reprobable y escandalosa.

Tan deshonesta, que los clubes de Primera consideran el asunto de la máxima gravedad, lo reprueban y piden que se esclarezca. No todos firman el comunicado conjunto; faltan dos. El catalán no condena el comportamiento de sus cuatro presidentes durante esos años y el Madrid, en actitud sorprendente y sospechosa, tampoco lo secunda. Real y Barça son socios en la SuperLiga europea que promueve Florentino Pérez.

Resulta curioso que una institución que presume de ser más que un club, por representar a la nación catalana, se comporte con picaresca tan española, que en la política ha dado mucho juego. Una decisión judicial consideró legales los informes también verbales que el diputado del PP Martínez Pujalte hacía para empresas españolas. Peor le fue al popular Gustavo de Arístegui, cuya carrera diplomática acabó al descubrirse que siendo embajador en la India vendía informes sobre ese país, a través de otra consultoría. Y este mes el diputado socialista Juan Bernardo Fuentes ha sido detenido como presunto cabecilla de la trama de corrupción conocida como caso Mediador.

Alfredo Relaño ha echado cuentas en El País de los títulos nacionales del Barça y el Madrid en el periodo bajo sospecha. El Barça ganó 22 (9 Ligas, 6 Copas y 7 Supercopas) mientras el Madrid se quedaba en la mitad, 10 (6+2+2). El trío Xavi-Iniesta-Messi estaba en su plenitud, pero en el mismo periodo fuera de España la ventaja fue para el Madrid, con 15 (5 Champions, 5 Supercopas y 5 Mundialitos) por 10 del Barça (4+3+3). O sea, en España 22-10 para el Barça y fuera 15-10 para el Madrid. En fin…

En un mundo lleno de recelos por el favoritismo hacia los grandes equipos, ha sido Hacienda la que encuentra un delito de este calibre. Mientras el fisco sigue el rastro del dinero, el presidente del Barça culpa al de la Liga de animadversión hacia su club. Quizá esta vez el escudo de la nación no sirva al Barça como valió a Pujol en el caso Banca Catalana. Quizá…