Cambio de escenario

A RIENDA SUELTA

07 de marzo 2016 - 01:00

UNA de las señas de identidad nacional es lo que nos gusta quejarnos a los españoles, ya sea para criticar al vecino o a la familia misma. Quiero creer que no, pero la vergonzosa situación política que vive el país tiene como base una premisa muy simple y es simplemente el arte de dialogar y llegar a consensos. Por el bien común de una ciudadanía, por muy utópico que suene, cualquier representante político debería remangarse los pantalones y ceder en las cuestiones más 'vagas' de su programa ideológico. El problema está, evidentemente, cuando unos tienen que ceder más que otros y el acuerdo termina siendo comulgar con ruedas de molino. No se engañen, el pasado 20D lo único que marcó es un punto de inflexión. Todas las siglas continúan en campaña electoral, pero en vez de mítines en palacios de exposiciones se expresan desde el hemiciclo de la cámara baja. Y mientras, en los meses que dure la pantomima, siguen ingresando a la cuenta miles de euros que salen de mi bolsillo y el suyo.

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