La Crestería

Manuel Sotelino

Curso cofrade

Se abre el nuevo curso cofrade y si tomamos como referencia el primer día de septiembre, se podría afirmar que el Obispado no ha andado distraído en el tiempo canicular y ha anunciado, el segundo día del mes, todo un giro o cambio de ciclo en la Diócesis, con delegada de Hermandades incluida.

Se reabre el curso cofrade y todo comienza a funcionar. La llegada de monseñor Rico Pavés como obispo nos ha privado durante dos años del tradicional ‘verano caliente’. En 2021 porque ponía el pie en la Diócesis y el segundo será porque ya nos ha cogido mayores y preferimos brindar en el chiringuito y dejarnos de gaitas después de haber probado la tranquilidad de un verano sin polémicas. Gracias, don José, por quitarnos, con su sola presencia, esta mala costumbre. 

El curso cofrade arranca con cambios. Los que muchos pedían del obispo de Jerez y que parecían que nunca iban a llegar. Cuando uno toma una decisión no se puede contentar a todos. Así que habrá división de opiniones. Me quitan al párroco con lo simpático que era o me ponen al frente del ISCRA a un nuevo responsable —esto último no creo que levante mucha polvareda—. Don José ha tomado el mando después de haberle pedido la sabiduría necesaria al Señor —fuente de Salud, ¿verdad don José?— para darle a la Diócesis ese empuje necesario dentro de su misión como pastor. 

Nada es eterno y Rico Pavés tenía que mover ficha. La ha movido. Ahora toca, en lo referido a las cofradías, analizar y ofrecer estimaciones. Algunas de las más peregrinas. Pero mucho me temo que la tertulia vendrá cuando el obispo comience a decir que le duele la muñeca y que no puede firmar tanta salida de pasos durante todo el año. Posiblemente llegue ese momento. Y será el rechinar de dientes para algunos que solo saben sacar pasos a las calles olvidando la verdadera misión a la que estamos llamados.

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