Cambio de sentido
Carmen Camacho
Zona de alcanfor
ÉRASE una vez un hombre vestido con un pantalón de pana y camisa de cuadros que viajaba mucho. En uno de sus viajes se le sentó una persona a su lado, bien vestido, con un bastón y con ganas de hablar. Enseguida comenzó a charlar con su compañero de viaje.
-¿Dónde va usted?, le dijo el recién llegado.
-Voy a Madrid -le dijo-, con el fin de ayudar a un familiar mío que se ha quedado sin trabajo, para que venga a mi casa, con mi familia, hasta que encuentre trabajo, porque donde comen cinco pueden comer seis.
La persona bien vestida le respondió:
-Usted está loco, ese familiar puede tardar en encontrar trabajo meses, además, ¿usted cree que le va a devolver el favor cuando usted lo necesite?
Un poco molesto le contestó:
-¿Qué dice usted? Me insulta. Yo no espero, ni busco, que me devuelva el favor. Cuando le he ofrecido mi ayuda, lo he hecho desinteresadamente sin esperar nada a cambio. ¿Acaso hacer un favor es una moneda de cambio?
-Si usted no mira por sus intereses, los demás no van a mirar por los suyos, dijo el hombre bien vestido.
-Yo pienso -le respondió- que siempre, primero son los intereses de los demás y después mis propios intereses, así me lo enseñaron y así siempre lo hago.
-Pues yo no pienso así, dijo su compañero de viaje. Pienso como dicen los refranes "por la caridad entra la peste" y "primero son mis dientes que mi pariente".
El hombre del bastón, para suavizar la conversación, le preguntó:
-¿Cuántos hijos tiene usted?
-En casa, le dijo, estamos mi mujer, mi madre, mis dos hijos y este familiar que se va a incorporar con nosotros.
La persona bien vestida con extrañeza le respondió:
-¿Su madre vive con ustedes? Mi mujer y yo hemos ingresado a mi padre en un asilo de ancianos y por Navidad vamos a visitarle. No podemos ir a visitarle más veces porque nos incordia mucho y perdemos nuestra libertad.
-¿Qué sólo le van a visitar en Navidad?, le preguntó sorprendido. Cuando ustedes eran niños, ¿acaso no incordiaban mucho más a sus padres? ¿No les quitaban su libertad, su intimidad, su tiempo libre…? Cuando su padre vea que a otros residentes del asilo les van a visitar sus familiares, al menos un día a la semana, y nadie le visita a él ¿cómo cree que se va a sentir su padre? ¿A usted le gustaría que sus hijos hicieran lo mismo con usted? ¿Acaso no tiene ningún tiempo libre para dedicarlo a su padre?
El compañero de viaje le dijo:
-Claro que tengo tiempo libre, pues estoy jubilado, pero después de cuarenta años trabajando en una empresa, tengo derecho a descansar, a disfrutar de mis aficiones y a no tener ninguna responsabilidad, no como algunos compañeros míos que encima de lo que han trabajado toda su vida, están ahora trabajando como voluntarios y para el colmo de la tontería, alguno ha asumido responsabilidades en una ONG.
La persona con la camisa de cuadros le contestó:
-Que ya no tenga responsabilidades laborales, no significa que no siga teniendo responsabilidades familiares y responsabilidades sociales. Convivimos en una Sociedad y por tanto tenemos obligaciones y derechos. Mientras que nosotros disfrutamos de muchos privilegios sociales como la sanidad pública, buenas infraestructuras… hay seres humanos que no tienen lo más imprescindible para vivir dignamente y nosotros no podemos eludir esta responsabilidad social, por el hecho de que nos hayamos jubilado o porque no queremos tener más responsabilidades. El emplear el tiempo libre para trabajar por los más necesitados, como voluntario, es un acto de responsabilidad social y aceptar en una ONG una responsabilidad de forma gratuita, es un gesto de una gran generosidad, no es ninguna tontería.
Cuando llegaron a su destino, la persona egoísta, se fue meditando preocupado y la persona con espíritu de gratuidad, se fue también preocupado, pensando si habría muchos como su compañero de viaje.
También te puede interesar
Cambio de sentido
Carmen Camacho
Zona de alcanfor
Gafas de cerca
Tacho Rufino
Pollos de Carrier
Yo te digo mi verdad
Manuel Muñoz Fossati
Vuelve el cristianismo
Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Libro del año