La Micaela. La Micaela.

La Micaela.

Le puso el doctor la mano en la boca y dijo Micaela: ¡Ay doctor que me vuelvo loca! 

Micaela Revueltas nació el 13 de mayo de 1865 en una hermosa casa de la Corredera. Hija del célebre doctor Revueltas y Montel, su progenitor siempre se preocupó de la educación de la niña. Por aquel entonces el destino de una mujer jerezana tenía tres caminos: matrimonio, claustro o perdición. El doctor, hombre de ideas avanzadas, no quería que su hija acabase en ninguno de esos estados, sino que se forjase un porvenir por su valía intelectual.

Visto que los mejores colegios de monjas jerezanos ponían demasiado énfasis en el rezo y la confección de vainicas, decidió mandarla a estudiar a Inglaterra. Soñaba con una científica brillante, independiente y abierta a las nuevas ideas que corrían por Europa.

Micaela llegó a Londres en enero de 1879 y pronto entró en contacto con jóvenes progresistas y conscientes de la desigualdad de las mujeres. A los 19 la mocita era una comprometida sufragista y dos años más tarde ya daba encendidas charlas a las obreras de las fábricas. La inesperada muerte paterna hizo que la activista tuviese que regresar a su ciudad natal, pues como hija única debía hacerse cargo de la hacienda familiar. Corría el año del Señor de 1887.

El retorno a Jerez supuso para Micaela un duro encuentro con la realidad local, en especial la de las clases más desfavorecidas. La mayoría de mujeres llevaba una existencia rayana en la miseria, dedicada a limpiar, guisar y criar niños. Si el marido era formal, gozaba de paz en el hogar. Si era un boliza tenía que soportar sus borracheras y, en los peores casos, sus palizas. Aquellas que trabajaban fuera de casa eran explotadas como criadas u operarias de baja cualificación en las bodegas y el número de prostitutas era muy elevado.

En vista del problema, abrió en la planta baja de su casa el denominado “Ateneo Femenino”, institución que pretendía crear una conciencia social que llegase cambiar tan penosa situación. Aunque se anunció con insistencia en la prensa local, ninguna apareció por allí. La mayor parte de su público objetivo no sabía leer y, caso de tener la intención de aparecer por el ateneo, las ocupaciones cotidianas tampoco le dejaban tiempo para hacerlo.

Así que Micaela decidió pasar a la acción directa. Sin descanso empezó a visitar todo Jerez, organizando improvisadas conferencias sobre los derechos de las mujeres. Al principio la recibieron con recelo pero, poco a poco, su mensaje fue calando. Igual iba a lavaderos y cocinas comunes de las casas de vecinos, que aparecía por los rebuscos de los campos y las gañanías hablando de opresión, lucha y respeto. Clamó contra el capitalismo salvaje y la pobreza en que se hallaban inmersas las mujeres y les decía, una y otra vez, que no debían resignarse con el maltrato de sus maridos.

Pronto la actividad de la señorita Revueltas empezó a despertar sospechas entre la buena sociedad local. Los empresarios la consideraban un elemento subversivo y las mujeres de clase alta una loca que andaba revolucionando al servicio doméstico.

La más indignada de todos fue Angustias de Goitía, paradigma de la decencia y religiosidad exacerbada. Armada de un rosario, seguía los pasos de Micaela e invitaba a las mujeres a rezar pidiendo perdón por las perversas ideas que les estaban metiendo en la cabeza. Para su sorpresa, doña Angustias fue vapuleada e insultada en varias ocasiones, llegando a ser lanzada Hoyanca abajo por unas vecinas de la calle Sancho Vizcaíno. Ciega de ira santa, decidió cambiar de estrategia.

Con permiso de los propietarios, empezó a colarse en la industria local, hablando a los hombres del peligro que estaba planeando sobre sus hogares. Además, hizo ver a todos que Micaela era un monstruo de lujuria, que pretendía una suerte de liberación sexual de sus esposas. La realidad era bien distinta, pues jamás se conoció que la joven tuviese trato con varón, ni mucho menos que asaltase a los hombres con fines libidinosos.

Un día, y un tanto achispada por el vino que le habían ofrecido unos arrumbadores, doña Angustias se atrevió a componer una coplilla satírica contra su enemiga. La parodia no podía ser más cruel: la zafia Micaela era un ser dominado por los instintos más bajos, que se insinuaba al doctor que había venido a reconocerla.

...y dijo Micaela, por ahí corre la pringue.

Para desgracia de la auténtica, el superhit de la nochebuena de 1891 fue “La Micaela”, que se repitió hasta la saciedad en patios y tabancos de Jerez. A partir de ese momento la imagen pública de la protagonista de la canción se vio tan deteriorada que empezaron a gritarle por la calle expresiones gruesas, por lo general acompañadas de gestos obscenos. Las mujeres, aún las más humildes, empezaron a rehuirle, cerrando las puertas o corriendo cuando la veían doblar la esquina. “Micaela la cachonda” o “La Flor de Rompechapines” fueron alguno de los apodos que la pobre tuvo que soportar, aunque peor resultó el intento de violación grupal que sufrió una tarde al regresar a casa. Por suerte, el insigne historiador Agustín Muñoz y Gómez se percató del jaleo y la emprendió a bastonazos con los canallas que estaban sobre ella antes de que llegasen a consumar el acto.

Que dale, que toma, que azúcar y canela...

Tan amargo suceso supuso el punto final de la aventura jerezana de Micaela Revueltas. Triste y decepcionada, decidió poner rumbo de vuelta a Inglaterra, donde falleció muy anciana de un infarto mientras jugaba al bridge con Agatha Christie. Nunca abandonó su lucha en favor de las mujeres y hoy es un referente mundial del feminismo.

NOTA: La Delegación de Igualdad del Ayuntamiento lleva unos años intentando que no se cante La Micaela en botellones, pseudo-zambombas y otros desmadres navideños que tienen lugar en Jerez, al considerar que ensucia la memoria de una ilustre compatriota. Si se atreven a salir a la calle durante esos días, podrán comprobar que es como intentar ponerle puertas al campo. Respecto a doña Angustias de Goitía, todos los teólogos consultados coinciden en que todavía sigue ardiendo en el Purgatorio.

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