Víctor / Cantero

Nuevo

Yendo al grano

09 de agosto 2016 - 01:00

HACIA un nuevo modelo educativo es hacia donde debe encaminar sus esfuerzos el nuevo Gobierno que no se acaba de formar. No se trata tan solo de derogar o reformar la LOMCE, sino de comprender que la verdadera importancia del modelo I+D+i (Investigación, Desarrollo, Innovación) depende de un factor previo que comienza por A (Aprendizaje). En pleno siglo XXI vivimos en la sociedad del 'aprendizaje', se trata de aplicar con éxito los planteamientos de Daniel Innnerarity, el cual precisa que en "una sociedad del conocimiento, la gestión de los procesos de aprendizaje es más importante que la administración de los saberes". Y todo ello porque, tal como señalan los expertos, estamos sometidos a la Ley de Revans, según la cual: "Para vivir y progresar, una persona, una organización o una sociedad necesitan aprender al menos a la misma velocidad con que cambia su entorno". En esta carrera por contar con una educación centrada en los nuevos modelos de aprendizaje hemos de tener presente la labor esencial que realizan los centros educativos. Las escuelas, institutos y universidades son un factor primario en este camino hacia el cambio. Pero la enseñanza formal no puede permanecer aislada, para que las escuelas sean verdaderos talleres de aprendizaje no basta con mejorar lo que sucede dentro de las aulas. Toda la sociedad debe hacer un verdadero esfuerzo para que el aprendizaje llegue en óptimas condiciones a todos los alumnos, incluyendo a aquellos que pertenecen a familias con riesgo de exclusión social. Se trata de construir en las escuelas comunidades de aprendizaje, plataformas que faciliten que la formación salte del aula a la vida. Y con ello será más fácil contar con una formación para el empleo, con un aprendizaje a lo largo de la vida, con una actualización permanente de los programas educativos, en consonancia con las necesidades del mercado.

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