Eduardo Jordá

Pasteles

En tránsito

¿Hay algún motivo para escandalizarse por una burla tan inocua como la del belén supuestamente erótico?

27 de noviembre 2021 - 01:35

Leo que un belén aparecido en el escaparate de una pastelería erótica ha acabado denunciado en los tribunales por ofensas al a religión. He mirado una foto del belén y lo único que he visto, así a bote pronto, ha sido una especie de belén animalista en el que las figuras humanas parecían sustituidas por figuras vagamente animales. Luego he caído en la cuenta de que podría ser un belén animista (las figuritas representarían espíritus: de un buey, de una mula, de la madre naturaleza y de algo que no se sabe muy bien qué podría ser). Pero después, miope que soy, me he dado cuenta de las impúdicas presencias que habrán provocado -imagino- el desmayo fulminante en mitad de la calle de alguna doña Urraca siempre enlutada y siempre aferrada a su paraguas negro. ¿Realmente es para tanto? Si alguien no sabe de qué va la cosa, es probable que vea el belén sin reparar en la supuesta afrenta. Y es que ese belén, la verdad sea dicha, da un poco de pena. Incluso me ha recordado a aquellos republicanos de los años veinte (mi abuelo me hablaba de ellos) que se dedicaban a "promiscuar" y se ponían delante de una iglesia, en pleno Viernes Santo -cuando no se podía comer carne-, y se zampaban una ristra de morcillas y otra de chorizos de cantimpalo para demostrar que ellos eran muy liberales y muy laicos y no seguían las normas de la Iglesia. Pues sí, la verdad, este belén es igual de ridículo que aquellos grotescos republicanos que se hartaban de comer morcillas en Viernes Santo.

¿Hay algún motivo para escandalizarse por una burla tan inocua como la del belén supuestamente erótico? ¿Es posible imaginar que alguien vaya a perder la fe por esta patosa exhibición de mal gusto? ¿Peligra la salvación de algún buen cristiano por dedicar cinco segundos de su vida a esta tontería que parece una instalación de un artista conceptual de séptima fila? Comprendo que haya gente que piense que nadie se atrevería a hacer una cosa así delante de una mezquita, porque el riesgo de ser cancelado como lo fue el profesor Paty en Francia (recuerden a aquel profesor al que le cancelaron la cabeza porque una alumna se inventó que se había burlado en clase de Mahoma) es un riesgo evidente y muy serio y que todos sabemos que puede ser real. En eso estamos de acuerdo. Pero aun así, escandalizarse por este burdo belén de plastilina es algo que da, como mínimo, un poco de risa.

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