Lola Álvarez

Pioneras

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El de Pecharromán no es un libro solo para periodistas, sino para los que quieran conocer algo más de una parte silenciada de nuestra historia

20 de octubre 2023 - 00:00

Siempre me han atraído las personas que fueron pioneras. Ese espíritu que les trasciende mezcla de curiosidad, inconformismo, espíritu libre, y ganas de cambiar las cosas, me ha fascinado toda la vida. Por lo general, cuando te aproximas a ellos, descubres a hombres y mujeres normales y corrientes que, en algún momento de su vida, deciden dar un paso que les convierte en seres extraordinarios. Los encontramos en todas las épocas y en todos los sectores. Hasta hace muy poco, dada la mirada misógina que ha exhibido la historiografía tradicional, solo teníamos referencias de pioneros, con alguna mujer que se les colaba de rondón en la lista. Afortunadamente esta mirada ha ido cambiando y, de un tiempo a esta parte, hemos empezado a conocer a pioneras en todos los campos, descubriendo así una presencia hasta ahora invisible, y, por tanto, silenciada. El más reciente me ha emocionado especialmente porque llevo tiempo investigando en parecidos territorios, y porque habla de las pioneras con las que comparto este oficio de contar. Llega de la mano de una colega de RTVE, Carolina Pecharromán, quién acaba de publicar, en la editorial Renacimiento, Las primeras periodistas (1850-1936). Profesionalización y activismo, donde recorre la apasionante historia de las primeras mujeres que, en España, Francia y Reino Unido, empezaron a escribir en los periódicos de un tiempo en el que, por el solo hecho de nacer mujer, lo tenían todo en su contra. Esas pioneras del periodismo rompieron moldes, derribaron barreras de todo tipo y, lo más importante, dieron voz a las mujeres y a sus realidades, no siempre fáciles y difícilmente reconocidas, en la sociedad española y europea de la época. Sorprende comprobar como muchos de los temas que abordaban continúan presentes, casi un siglo después, en nuestra agenda mediática: la violencia contra la mujer, la discriminación social y laboral, la importancia de la educación, el feminismo o la falta de oportunidades. Entre estas primeras firmas periodísticas se encuentran las de un buen número de andaluzas: la gaditana, María Josefa Zapata; la sevillana Carolina de Soto; la almeriense Carmen de Burgos, la jiennense Patrocinio de Biedma; la granadina Rogelia León o la malagueña Isabel Oyarzábal, por citar solo a algunas. Resulta fascinante seguir el recorrido vital y profesional de estas antecesoras, abriendo un camino por el que después hemos podido transitar tantas. Y no es un libro solo para periodistas, ojo, sino para quienes quieran conocer algo más de una parte silenciada de nuestra historia. Sin duda, un gran trabajo.

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