Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Proyecto de país

En España todo el mundo sabe que el Senado es un cementerio de elefantes donde van los exdirigentes a dormir

Prueba irrefutable de que el Senado solo sirve para colocar a los compromisos de los partidos es el caso de Susana Díaz que hasta que no la nombraron senadora no dejó su escaño en el Parlamento de Andalucía. En España todo el mundo sabe que el Senado es un cementerio de elefantes donde van los exdirigentes a dormir un par de días a la semana. La consolidación de esta idea es el sistema mamarracho que utiliza el Parlamento de Andalucía para nombrar a los senadores autonómicos sin necesidad de que sean diputados en la cámara . De esta forma se colocan a los descolocados, se les busca un cuelo a aquellos a los que se les debe algún favor, se ajustan las guerras internas de los partidos. Fue el caso de López Gil, al que le habían preparado una plaza en la Diputación de Cádiz que dejaron vacante cuando le colocaron en el Senado, luego dimitió para que tuviera sitio Susana Díaz, pero su partido le encontró salario en el Ayuntamiento de San Fernando. Ahora parece que a Marisa Bustunduy y a Miguel Ángel Vázquez los mandan a por tabaco para que tengan sueldo y cargo Juan Espadas y el responsable de organización del PSOE de Andalucía. Un carrusel inexplicable que según dicen concluirá cuando Vázquez sea nombrado del Consejo Audiovisual o del de Canal Sur, tanto da, ninguno sirve para nada salvo para colocar a los afines. Un mamarracho integral, un bochorno sin precedentes, un desprecio absoluto por los procedimientos, las instituciones y las personas. Si así pretende Juan Espadas ganarle al PP, va listo. Primero yo, luego mis afines, luego el partido y en último lugar el interés general. Al indiferente la legislación vigente. La izquierda del PSOE se ilusiona con cualquier cosa, como niños chicos a los que les das unas chapas y montan un partido (de fútbol). La enésima plataforma viene de camino, después de años de encuentros , purgas y coaliciones. El sábado un acto chpiguay en Valencia con cinco mujeres de diferentes partidos. Lo primero que cabe pensar es lo obvio: falta Ione Belarra. Pero para que estén todas deberían haber convocado a Teresa Rodríguez, también lideresa de otra formación a la izquierda que ha debido convertirse en una apestada para el neocomunismo de Yolanda Díaz. Dicho lo anterior: ¿qué hubiera pensado el personal si en lugar de cinco mujeres la reunión hubiera sido de cinco hombres? Testosterónico, heteropatriarcado, machos alfa, señoros, toda la panoplia de adjetivos de nuevo cuño. A pesar de lo dicho en Valencia, para forjar un proyecto de país no basta con la suma de varios trozos dispersos de organizaciones enfrentadas sino con una idea clara de hacia dónde debe ir España y cómo se mejora la vida del conjunto de los españoles.

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