Reales Atarazanas

El inglés está genial y el chino, vale; pero pongan a sus hijos a aprender español, el idioma del futuro

Anteayer, en la apertura del curso de la Real Academia Hispano Americana, dio su discurso de ingreso don Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol. Todo transcurría plácidamente hasta que detalló el gran proyecto de reforma de las Reales Atarazanas de Sevilla. Se convertirá en el primer centro privado de relación entre España, y por tanto Europa, y América. Se palpaba su entusiasmo.

Di un respingo invisible en mi butaca. Acababa de ver el documental que ha producido Disenso, la fundación vinculada a Vox, en el que analiza el Foro de São Paulo. Por supuesto, Pulido no tiene nada que ver con Vox, pero ambos son prueba de un movimiento transversal de gran calado. En este mundo de grandes bloques, los españoles de todo signo y todo ámbito (político, cultural, económico, social…) descubrimos la esperanza de la Hispanidad o de la Iberosfera, pues Portugal y Brasil también cuentan, y la Norteamérica de hondas raíces hispanas.

Recordó Antonio Pulido que el rey, siendo príncipe de Asturias, dictó una conferencia en Harvard (22 de junio de 2012) con un título esencial: "España: Una nación americana". La directora de la RAHA recogió rápidamente el guante y, en la contestación, recordó la vocación hispana de la institución. Además de la sede activa en México, hay académicos en todo la Iberosfera llegando hasta Filipinas. En la Real Academia Hispano Americana no se pone el sol. Cádiz cae en el centro de la condición americanista de España.

Pulido apuntó con mucho tino que grandes asuntos candentes de nuestros tiempos ya se plantearon ¡y se solucionaron! entonces. La globalización (a la primera globalización, que fue la hispánica, ha dedicado un extraordinario documental el cineasta José Luis López-Linares), las pandemias y las vacunaciones, la integración de las razas, la creación de las universidades y el papel clave de la educación, el protagonismo de la mujer, los derechos de los pueblos, el respeto a las lenguas indígenas, etc.

Como lo cortés no quita lo valiente ni lo Cuauhtémoc, este iberismo constituyente no obsta lo europeo. Al revés. España puede ofrecer a Europa un puente con América y a América su raíz europea. En el siglo XXI, España será iberoamericana o no será. El inglés está genial y el chino, vale; pero pongan ustedes a sus hijos a aprender español, el idioma del futuro. (No se crean que este final es una broma o, por desgracia, no lo es para todos).

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