Semana Grande de la paciencia

PARA muchos jerezanos se acerca la semana grande del año. Ya están recogiendo de la tintorería el traje de chaqueta que llevarán los siete (o nueve) días que dura la semana santa y no pasa un día en el que no escuchen las marchas preferidas de su hermandad para saberlas tararear de pé a pá. Incluso algunos llevan perfumando su casa con incienso para aliviar el nerviosismo. Están preparados para disfrutar de una festividad que en Andalucía se vive como en ninguna parte, pero yo me pregunto: ¿padecen también ellos el caos que se genera en la ciudad para el acondicionamiento de dicha celebración, o somos sólo los que no nos gusta el mundo cofrade los que queremos a veces tirarlos de los pelos? Desde hace semanas es raro el día en el que no te encuentres con algún ensayo que corte temporalmente una calle por la que tenías que pasar -y por ley de Murphy sería un día en que tenías muchísima prisa-, por no hablar del laberinto que forman los palcos en el centro de la ciudad. Yo sí que voy a vivir la semana grande, la semana grande de la Paciencia.