Relato María Von Campo

Angeles / Bueno / Trujillo

Aquí Valispar

COMO cada verano, María von Campo buscaba sus cartillas de puntos para canjearlas en la tienda de Angelita, antes de que caducara el Catálogo Valispar.

Los sellos de Valispar los daban con las compras, y se juntaban durante todo el año. Había que pegarlos en las cartillas y después se cambiaban por regalos para la casa.

Me encantaba mirar el Catálogo Valispar. Lo primero que salía eran los vasos de agua, y María ya no necesitaba seguir mirando las páginas donde aparecían los regalos más chulos.

-Déjame elegir a mí, déjame elegir a mí -le decía a María una y otra vez.

Yo quería mirar el Catálogo y elegir algo estupendo para María, que siempre elige los aburridos vasos de agua.

-Déjame elegir a mí, déjame elegir a mí -seguía con la cantinela. Hasta que María me dejó.

Envisperada, corriendo con las cartillas bajo el brazo, me fui a la tienda. Esperé con mucha paciencia, porque las mujeres tardan mucho en comprar, y llegó mi turno. No era muy divertido ver que siempre que me gustaba algo del catálogo me faltaban dos cartillas y media, y hasta tres, para conseguirlo.

Después de una ardua negociación, Angelita, la de la tienda, y yo, llegamos a un acuerdo, justo a la hora del almuerzo.

-¿Al final, qué has cogido? -preguntó María a mi vuelta.

-Ahí lo he puesto -dije. Sobre el aparador estaban los seis vasos de agua de Duralex que María quería desde el principio. Y me quité de en medio rápidamente antes de que los viera María.

Como María dice siempre: "Hay que tener cuidado con lo que se desea porque al final, se cumple".

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