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J. M. Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Yolanda Díaz, líder de la izquierda

Yolanda Díaz es más Comisiones Obreras que Podemos, donde no milita, y sabe dónde está anclado el poder de los sindicatos

El escaso calado de la pretendida derogación de la reforma laboral evidencia que el choque entre Nadia Calviño y Yolanda Díaz tiene más de escenificación de poder por parte de la ministra de Trabajo que de insalvable diferencia ideológica entre las partes del Gobierno. Díaz ya es un referente para la izquierda más tradicional: la sindical, para la que Podemos es sólo una distopía.

Conviene aclarar algo. Bruselas no se opone a esta reforma, lo que a la Comisión Europea le preocupa del mercado laboral español es su dualidad, la precarización y, en definitiva, un mal funcionamiento que se arrastra desde la Transición, pero los modelos de negociación colectiva tienen formas muy diversas en los distintos países de la Unión. En España, después de la reforma de Fátima Báñez, priman los convenios de empresa sobre los sectoriales, y lo que ahora intenta la ministra Yolanda Díaz es que el modelo sea mixto, algo que ocurre en muchos países, incluida Alemania. Todo dependerá de cómo se conjuguen las fuerzas en la mixtura, pero lo que se negocia no es una derogación general, sino algunos cambios. Menos lobos.

El cambio, sin embargo, es especialmente gravoso para los dos grandes sindicatos porque en los años 80 se les premió con la prevalencia de los convenios sectoriales por dos motivos: para hacerlos fuertes y para evitar coerciones en las pequeñas empresas, donde los sindicados siempre tendrían como seguro legal el acuerdo al que se hubiera llegado a nivel nacional. Al cabo de los años, los sindicatos no ganaron en afiliación y hoy sólo son fuertes en el sector público. La prevalencia con la que acabó Fátima Báñez tuvo un sentido: la extensión del convenio a todas las empresas, sean grandes, pequeñas, fuertes, débiles, churras o merinas, perjudica la productividad porque no se adaptan a cada una de las circunstancias. Algunos expertos sostienen que ése es el mal del mercado laboral español, aunque también hay que señalar la estacionalidad abusiva que han practicado todos y, en especial, las grandes administraciones públicas, con contratos de un día o de un curso lectivo.

Yolanda Díaz es más Comisiones Obreras que Podemos, donde no milita, sabe dónde está anclado el poder sindical y también está jugando a eso. El poder de los sindicatos en unas elecciones aún es fuerte, no es decisivo, pero suma y a Díaz le van a terminar ayudando. Ninguno de los dos socios del Gobierno desea unas elecciones anticipadas, aquí no va a ocurrir como en Portugal, donde, para mayores diferencias, al primer ministro Costa le va fenomenal en las encuestas.

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