Alberto Núñez Seoane

El día 'T'

Tierra de nadie

20 de noviembre 2023 - 02:02

Corría el 6 de Junio de 1944. El ejército aliado desembarcaba en las playas de Normandía para abrir un nuevo frente contra las fuerzas nacional socialistas de Hitler, liberar Europa de su siniestra sombra y la de su recua de asesinos: fue el comienzo del fin del espanto en el que los nazis, y los que los apoyaron o callaron ante sus atrocidades, sumieron a la humanidad.

El recién pasado 16 de Noviembre de 2023, tendremos que marcarlo en el calendario como fecha a recordar; no, como aquel lejano y valiente “Día D”, por lo que de esperanza éste supuso; si no por lo triste que este otro ha sido.

Triste, no porque Sánchez, un vulgar arribista dispuesto a vender el alma, que no tiene, al diablo al que ya vendió todo lo que tenía, sino más bien por lo que significa su “triunfo” -no queda otro remedio que llamarlo así-, que es el de la deslealtad, el cinismo y la codicia, en grado superlativo las tres.

La condición humana, ya lo he dicho muchas veces, es, por naturaleza, mala -es mi opinión-. Sucesos trágicos, como ha sido esta triste, penosa y desoladora investidura, lo vuelven a confirmar, por si quedase algún incrédulo -a parte de los votantes de este “socialismo” de pacotilla y de sus viles, cuando no delincuentes, asociados-. Las acciones de gobierno llevadas a cabo por Sánchez en la anterior legislatura: sus flagrantes e incontestables incumplimientos, a su propio programa, a la Constitución, a la igualdad entre los españoles, a las Comunidades en las que viven, y al respeto a las Instituciones, también; sus innegables y continuadas mentiras; la desastrosa marcha de la economía; el alza insoportable de los precios; la falta generalizada y desoladora de trabajo; la discriminación de ciudadanos según su credo, ideología, sexo o religión; la peligrosísima manipulación de la judicatura; sus continuos y evidentes atentados contra la unidad de España; la persecución a disidentes, dentro y fuera de “su” partido; el acoso, ilegal y permanente, a quien no se pliega sus caprichos; el manejo torticero y obsceno de los medios de comunicación públicos; sus despreciables acuerdos con delincuentes, juzgados y condenados por delitos de la máxima gravedad; la división de la sociedad española en dos bandos enfrentados por el odio que ha traído de regreso: “mientras pelean entre ellos, no pelean contra mí …”; y, lo peor de todo, consecuencia de parte de lo anterior: la falta de libertad a la que nos somete y condena. Todas, o sólo algunas de estas obviedades, serían, en una sociedad compuesta por individuos de mente sana, motivo, por sobrado más que suficiente, para haber enterrado el futuro político de su responsable por el resto de sus días: en España, no sólo no ocurre así, es que se le premia con cuatro años más, al menos, en el poder ¡Cosas veredes, amigo Sancho …!

Les voy a contar una anécdota, a mi entender, un tanto significativa. Uno de los lectores que me regalan su atención, contestaba a esta pregunta que en púbico me formulaba: ¿Qué responderían los votantes de Sánchez ante esto?, y a continuación reproducía un video en el que se detallaban las “perlas” de las que el presidente es responsable -muchas de ellas más arriba detalladas-. El lector al que me refiero me respondió esto -disculpen la grosería, lo trascribo tal cual-: “Los votantes del PSOE no queremos que gobierne el PP, lo demás nos la pela”. Como ven, una buena “razón” para “facilitar” la comprensión de la sinrazón.

Puede, seguro que así es, que sea esto lo que merezcamos. Sánchez no es un extraterrestre: nació, se educó, creció y vive entre y como cualquiera de nosotros -es un decir … lo del “como”-; sí, es un “ejemplar” con el mismo ADN que el resto de la especie, aunque a veces no lo parezca. De modo y manera, que lo que esto viene a demostrar no es otra cosa que él es fiel -también es un decir: ¿”fiel”?, ¿hablando de él …?- reflejo de otros muchos que cómo él son, maquinan y actúan -aunque no siempre nos demos cuenta, ya que no ocupan puestos con la relevancia del que él ocupa-. Quiero decir, y digo, que Sánchez, por mucho que escueza, representa a otros muchos, no pocos: muchos. Además de “los de siempre”, y de los resentidos, cobardes, ignorantes o con encefalograma quasi plano, hay muchos, no pocos, que no entran en ninguna de estas cinco categorías, que sí saben lo que votan y lo han votado a él. Es lo que tenemos. Para el resto, tal día como el 16 de Noviembre de 2023, será un día con “T” de triste.

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