Crónica Personal

Que gobierne el más votado

La atomización de partidos hace muy difícil las mayorías absolutas que eran moneda corriente hace años

Feijóo sigue empeñado en el acuerdo con el PSOE para que gobierne la lista más votada, una vieja reivindicación que ha caído en saco roto. El PP lo ha vuelto a repetir: si a Juanma Moreno le faltan pocos escaños para gobernar en solitario, pide al PSOE que se lo permita, y a cambio los populares apoyarían al candidato socialista que ganara en próximas elecciones pero no alcanzara la absoluta.

Juan Espadas ha dicho que ni hablar porque estaba obligado a decir que ni hablar. Otra cosa es lo que decida una vez que se encuentre con los resultados en la mano.

La propuesta de Feijóo tiene varias lecturas. La primera, un toque de atención a Macarena Olona, que ha puesto tan alto el precio de un solo escaño a Vox que dice que si Moreno lo necesitara ella exigiría la vicepresidencia del gobierno. El presidente del PP le está bajando los humos: mejor no vender la piel del oso antes de cazarlo y mejor no presuponer que sólo Vox puede cooperar para que Moreno supere la investidura. De hecho, Yolanda Díaz ha recogido el guante del PP cuando dijo que si el PSOE considera tan perjudicial que Vox gobierne, que se abstenga allí donde el PP ha ganado sobradamente. La vicepresidenta quiere abrir ese debate.

Pero hay más detrás de la insistente propuesta de Alberto Núñez Feijóo. Dentro de un año se celebrarán las autonómicas y municipales, y en ese escenario habrá que ver cómo se mueve Pedro Sánchez si todavía continúa en el gobierno.

La atomización de partidos hace muy difícil las mayorías absolutas que eran moneda corriente hace años, cuando PSOE y PP se alternaban el poder. Y de igual manera que los candidatos del PP tienen difícil conseguir esas mayorías, ocurre lo mismo con los candidatos socialistas, sobre todo porque en las elecciones del 2023 se presentarán nuevos partidos regionales nacidos a la sombra de Teruel Existe. Eso significa que barones socialistas como Page, Puig, Lambán o Vara, tienen muy cuesta arriba su continuidad a no ser que acepten las exigencias de esos regionalistas o de los varios partidos situados en la extrema izquierda. Son presidentes del PSOE que conocen muy bien el juego político y cómo se ejerce la gobernanza y que, con toda seguridad, prefieren un acuerdo con el PP para abstenerse cuando un socialista tenga clara mayoría que someterse a podemitas o a partidos regionalistas.

Hoy, los socialistas están obligados a rechazar la eterna propuesta del PP de que gobierne la lista más votada. Pero el lunes se verá cuál es la capacidad de influencia de los barones en el partido.

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