El honorable

E L paradigma del catalanismo, el político ejemplar, el modelo a imitar, suma y sigue, resulta que ha estado engañando a todos los españoles, y más si cabe a los catalanes, durante 34 años. A eso le llamo yo tener muy poca vergüenza y la cara más dura que el cemento. Dar consejos sobre el buen gobierno, impulsar desde CiU todas las medidas independentistas, meter al pueblo catalán en el laberinto secesionista, llorar para que el papá Estado nos mande más euros, todo una cortina de humo con la que ocultar las verdaderas intenciones: amasar una fortuna, dejar los dineros en paraísos fiscales y eludir durante todos estos años al fisco español. Esto no es otra cosa que jugar sucio y reírse del personal, ahora me explico yo las prisas del Sr. Mas y adláteres por crear la Agencia Tributaria Catalana… como Juan Palomo, yo me lo guiso, es decir amaño mis cuentas, y yo le como, a saber, engaño a mi propia Hacienda . De bien poco sirve la confesión hecha pública por Jordi Pujol, pues a nadie se le escapa que ha sido provocada por el estrecho cerco al que lo tenía sometido la AEAT. Vamos que antes que me pillen con las manos en la masa prefiero cantar, por si cuela y me reducen las sanciones. Toda una estrategia bien meditada, pues tras destaparse los sucesivos escándalos de sus hijos, al suyo le quedaba dos telediarios por hacerse público.

Con este modo de proceder se eleva al más alto grado el descrédito de la clase política. Con razón que la ciudadanía ya no eche cuentas de los grandes partidos políticos, que no se lea sus programas y que no acuda a sus mítines. Engaños como el destapado en este caso hacen que el personal repudie a sus representantes políticos, los vea más como una amenaza que como una solución a sus problemas. En repetidas ocasiones, desde esta columna hemos clamando por un cambio radical en el modo de ejercer la gestión de los asuntos públicos. Un mes tan solo ha tardado Felipe VI en poner orden en su casa, impidiendo que los miembros de la Familia Real puedan dedicarse a negocios particulares. ¿Cuántas legislaturas llevamos destapando casos de corrupción entre la clase política? Creo que hemos perdido la cuenta. Hay que hablar menos de transparencia y de tolerancia cero con la corrupción y tomar más medidas radicales para erradicar esta lacra.

En esta ocasión hay que felicitar al Sr. Montoro, último responsable de la AEAT, pues según sus declaraciones, Hacienda llevaba meses investigando la fortuna acumulada por los Pujol y guardada a buen recaudo en el extranjero. Cuando al cazador furtivo le pisan los talones suelta la piezas para aminorar el castigo. Así es como debe ser, el celo del fisco ha de comenzar por sacar a luz los grandes patrimonios ocultos, por dejar con el culo al aire a los que se ríen de la eficacia de la Inspección Tributaria. Unos cuantos palos más en la misma dirección y verás tú como más de uno de los grandes defraudadores se apunta a la regularización motu propio se sus finanzas. Menos prédicas de ética y de comportamiento intachable al pueblo llano y más ejemplo de limpieza claridad en las finanzas propias. Y con estas que se anime el Sr. Mas a seguir empecinado en su consulta soberanista… a otro perro con ese hueso.