Jerez: Aladro, Morales, Talleyrand, Achebe, Tenorio…

Jerez íntimo

El ejemplar cofrade del Desconsuelo Antonio Romero Tenorio.
El ejemplar cofrade del Desconsuelo Antonio Romero Tenorio.

17 de enero 2025 - 02:13

No hay santo varón capaz de confrontar el frío glacial que nos viene acogotando estas mañanas de cafés a temperatura infernal y pensamientos a medio camino entre la escarcha y el emprendimiento. Talleyrand dijo que el café debe estar caliente como el infierno, ser negro como el diablo, puro como un ángel y dulce como el amor. Tengo mis dudas en lo tocante a la idoneidad del color prieto. Por lo demás, corroboro el aserto. Las entrañas de la ciudad conviven en el iglú de las salutaciones entre dientes. Los transeúntes tiritan secretos a voces. Los abrigos son guardaespaldas descabezados. Nadie echa los pies por alto ni descompone la figura. Las bufandas contribuyen a la causa. Ahora observamos la ciudad a pie de calle, no a vista de pájaro, a la altura del protagonista de ‘Piso bajo’ de Ramón Gómez de la Serna. “Los portales no se olvidan, no pueden olvidarse. En ellos está lo ido y lo renovado, pues entra y sale todo el pasado por su bocamanga”. Hoy nos la prometemos felices. Porque con la intrahistoria nos llevamos harto bien. Trabajar con luz y taquígrafo sobre temas locales da calor al clima ciudadano. Hay que echar leña al fuego de la investigación. Pero no madera cainita sino cedro conciliador. Y por descontado revelador. En la aportación de datos contrastados. Jerez cuenta con investigadores jóvenes y veteranos que aportan vez tras vez, cada dos por tres. Encomiable labor en este sentido la que generan y regeneran los miembros del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, con Francisco Barrionuevo a la cabeza. Sin necesidad de cordiale entente -habida cuenta la relación de instituciones hermanas que mantienen- tanto el Centro como la Real Academia de San Dionisio de nuevo han trabajado a fondo, bajo la coordinación de Francisco Antonio García Romero, en pro de una nueva edición del cuasi cuarentón ciclo ‘Jerez siempre’ -idea que en su fondo y su forma brotó años ha de la iniciativa del entonces presidente (hoy lo es oficialmente de Honor) de la docta casa jerezana Francisco Fernández García-Figueras-.

Los jerezanos han de permanecer atentos, no despistarse en demasía, y asistir a las sesiones públicas que la Academia convoca para desarrollar, insisto, el ciclo ‘Jerez siempre’. Comienza el próximo martes día 21 de los corrientes. A las 19.30 horas en la sede social de la Academia (calle Consistorio). La asistencia es de libre acceso. Ahuyentemos el bulo, la falsa creencia, el globo sonda: las sesiones académicas están enfocadas -y focalizadas- para todos los públicos, sin necesidad de preselección ni invitación personalizada. José Manuel Aladro, quien además hace coincidir su ponencia con el preceptivo ingreso como académico numerario, abordará una temática cuya vigencia quintuplica el interés social de la misma: “De industrial a cultural. Paisajes para una capitalidad cultural”. Francisco Antonio García Romero ha sabido recoger el guante que a ultranza lanza el Ayuntamiento a propósito de la capitalidad cultural. Esta edición de ‘Jerez siempre’ se ha gestionado a este respecto -y no a beneficio de inventario-. Sustancia versus flatus vocis. ‘Jerez siempre’ nunca ha descarrilado. Ni ha dado gato por liebre, pese a que -aguantando mecha- durante las noches los felinos sean -al ralentí- pardos. El martes aprenderemos y aprehenderemos. No al hilo de ‘Historias de cronopios y de famas’, que a tal fin reverdecen las páginas de Julio Cortázar. Por cierto: felicitamos a los dos nuevos recién elegidos miembros del Centro de Estudios Históricos Jerezanos: a saber: Francisco José Morales Bernal y Francisco Antonio García Márquez.

En una tertulia de cabales, al son que marca el brindis del palo cortado de Cayetano del Pino, Juanjo solicita lectura para un largo viaje de negocios que emprende el próximo lunes. Quien suscribe propone tres títulos: ‘Esto se hunde’, de C. Achebe, considerada la mejor novela africana de todo el siglo XX; ‘A sangre fría’ de Truman Capote y ‘La tía Julia y el escribidor’ de Mario Vargas Llosa. Hago extensiva la recomendación a vuecencia, preclaro lector. Inciso: las alianzas están a la orden del día. Las institucionales me refiero. Las nupciales quizá en menor medida. Congratula pulsar el rendimiento cultural que emana del acuerdo establecido entre Ateneo Siglo XXI y librería ‘Laberinto’. El pasado miércoles cuajaron una cita deliciosa para presentar en Jerez la obra ‘Las bandas sonoras para despedir los días’. Páginas que se oyen. Cierro este ‘Jerez íntimo’ enviando un fortísimo abrazo al ejemplar cofrade del Desconsuelo Antonio Romero Tenorio. Trabajador infatigable no sólo de la Hermandad sino de todo cuanto concierna a la iglesia de San Mateo. Pues bien: nuestro querido Tenorio se ha pegado una costalada de padre y señor mío. De una altura de metros. Me cuentan que unos cuatro metros. Se encontraba solo en el templo. Malherido, sin poder ponerse en pie, tuvo que zigzaguear hasta alcanzar el teléfono móvil para pedir auxilio. Hospitalizado, se recupera de tan aparatoso accidente. El Señor de las Penas le concederá la fortaleza suficiente. Hablamos de un cofrade de toda la vida, santo y seña de los Judíos de San Mateo. Emblema, paradigma, referente. ¡Venga de frente, amigo!

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