Manolo Fossati

La lista más “botada”

Yo te digo mi verdad

El gran problema del PP es que no está en disposición de pactar con nadie que no sea Vox

01 de agosto 2023 - 00:45

Una de las cosas que más llama la atención tras la resaca electoral del 23-J es el empeño de la derecha en negar el resultado o en torcer su significado. Es admirable el tesón con el que el PP lleva al máximo su nivel de enfado, que le lleva a reclamar su indudable victoria como partido más votado pero no a reconocer que con eso no le llega para poder gobernar. El inútil y falaz lema de que debe gobierna la lista ganadora se ve, sin embargo, desmentido por al menos dos hechos, protagonizados precisamente por uno de sus anteriores líderes, Mariano Rajoy.

Efectivamente, en enero de 2016, Rajoy renunció él mismo a aceptar el encargo hecho por el Rey de formar gobierno cuando tenía una diferencia de 36 escaños sobre el segundo, el partido socialista. Y rehusó el ofrecimiento regio usando el argumento que ahora niegan: que no había conseguido reunir suficientes apoyos parlamentarios, admitiendo así que esta es la única suma que legitima a un presidente, y no el ser la lista más votada.

Dice también el PP que en España nunca ha gobernado un partido que no tuviera mayoría de escaños, y eso también es incorrecto, puesto que el primer mandato de Pedro Sánchez fue posible con sólo 84 diputados, y a través de una moción de censura, en 2018, en la que una mayoría de partidos expulsó del poder al mismo Rajoy que, no obstante, tenía bastantes más congresistas que el segundo partido. El más votado fue botado por las minorías reunidas.

Esa es la verdad, y no la reclamación de algo que no está en ninguna ley, escrita o no. El gran problema del PP es que, en su actual concepción de la política, no está en disposición de pactar con nadie que no sea Vox, y que este pacto con el diablo provoca además el rechazo de todos los demás. Por esto resulta aún más contradictorio el discurso de hace unos días del presidente andaluz, Moreno Bonilla, en el Parlamento autonómico. En sus palabras, Juanma achacaba directamente a la ultraderecha el buen resultado de los socialistas, acusándoles por sus declaraciones sobre Cataluña, sobre los derechos LGTBI, sobre el cambio climático… ¡sin reparar en que es el PP el que los ha elegido como socios y aliados!

Así que el empecinamiento popular en estos argumentos sólo puede leerse en clave de deslegitimación del posible nuevo gobierno de Sánchez, estrategia que ya debería haber comprobado que es errónea.

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