José Aguilar / José Joaquín León

Hacia la mayoría absolutaLos Chinitos

Miki&duartela esquinalas dos orillas

07 de noviembre 2010 - 01:00

CONCLUSIÓN del Barómetro Joly correspondiente al otoño de 2010: el sorpasso del Partido Popular se mantiene incólume. En el barómetro de junio se produjo, tras treinta años de hegemonía socialista, el primer adelantamiento del PP en voto estimado. Ahora sabemos que no fue flor de un día ni fruto de una coyuntura excepcional.

Esto ya es más peligroso (para el PSOE, se entiende). En páginas ulteriores tienen detallada la novedad del otoño político. Los populares mantienen una ventaja de siete puntos sobre los socialistas, con una expectativa de voto del 46,2%. La cifra exacta no es baladí. Con las circunscripciones provinciales y la aplicación de la Ley D'Hont es imposible, por acientífico, determinar el número de diputados que esos tres dígitos representarían, pero no resulta aventurado calcular que están justo en torno a la mayoría absoluta (55 de los 109 escaños con que cuenta el Parlamento de Andalucía).

Que el PP se sitúe al borde de los 55 parlamentarios es la gran noticia. Ya no se trata de que logre la minoría mayoritaria, insuficiente para formar gobierno ante la más que probable alianza de PSOE e Izquierda Unida para cortocircuitarla, alianza a la que ninguna de las dos formaciones de la izquierda va a hacer ascos a estas alturas. De lo que se trata es de la posibilidad real de un gobierno monocolor de centro-derecha en una Andalucía con treinta años de autonomía y control socialista (incluyendo las dos legislaturas de coalición con los andalucistas).

Hay otro factor digno de análisis. Griñán accedió a la Presidencia como revulsivo a un final de la etapa Chaves caracterizada por el desgaste y la rutina. No ha logrado serlo, por su política y por las circunstancias. Cuando llegó al poder era bien valorado por los andaluces, con una nota media de 5,7. Año y medio después -con un nuevo gobierno, designado por él, entre medias-, su valoración ha caído hasta el 4,9. Cierto que Javier Arenas, su contrincante, recibe una valoración aún peor. Pero también debemos tener claro que muchos andaluces van a votar más contra el PSOE que a favor del PP.

Falta mucho para las elecciones generales. Pueden pasar cosas que alteren esta tendencia general (final de ETA, principio del fin de la crisis económica) y que ahora mismo no son previsibles. En el plano político ocurrirá algo sobre lo que pocas dudas pueden albergarse: el PSOE obtendrá en las elecciones municipales de mayo de 2011 sus peores resultados en mucho tiempo. También en Andalucía. Eso puede llevar el voto indeciso futuro en una de estas direcciones: o los electores socialistas más dubitativos se movilizan para cerrar el paso a la derecha y un segmento de los de IU acude en socorro del PSOE o caen en la decepción-resignación y se quedan en casa.

SI estuviéramos en otros tiempos, en el siglo XVI por ejemplo, ya existiría en Sevilla la cofradía de Los Chinitos. En aquellos tiempos todo colectivo de gremio, nacionalidad o región que llegaba a Sevilla y vivía aquí se aglutinaba en torno a una cofradía, como mejor forma de integrarse en la ciudad. A veces incluso era el medio de contar con un hospital que los atendiera, pues entonces no existía el SAS, ni te daban facturas informativas para asustarte con el gasto que has causado.

Siendo así las cosas, es sabido que los esclavos negros dieron origen a la cofradía de Los Negritos, en cuya fundación colaboró el cardenal Gonzalo de Mena. Pero hoy en día, en la Ronda, desde la capilla de los Negritos por toda la acera, y por la de enfrente también, todas las nuevas tiendas son del gremio de los chinos. Y sin embargo a ningún cardenal amigo, ni siquiera a algún arzobispo, se le ha ocurrido fomentar la creación de una cofradía de Los Chinitos, para hacer apostolado. Es una carencia en una ciudad donde se han creado hermandades más raras, sin que nadie se extrañe.

Se nos podrá decir que los chinitos no son católicos, apostólicos y aún menos romanos, pues ninguno ha salido de armao en la Macarena. Bueno, pero según. Habrá de todo. ¿No se pedía antes en el Domund con huchas de chinitos y de negritos? El Papa ha protestado más de una vez por la persecución que sufren los cristianos en China. Las cifras oficiales dicen que hay cinco millones de chinos católicos, pero otras fuentes estiman que son 12 millones. O sea, que hay más católicos en China que en Andalucía. Pero además, aunque no los hubiera, siempre se les podría convertir, ¿o desde Colón en adelante no se convirtió a toda la América hispana, al modo de Fray Bartolomé?

Pues ahora esa América hispana es la reserva espiritual de Occidente, una vez que aquí se puso de moda lo laico. Por si no lo saben, es un dato verídico, que los peruanos emigrantes cuentan ya en Madrid con tres hermandades del Cristo de los Milagros, que salieron recientemente con sus respectivas procesiones. Si en Sevilla hubiera tantos peruanos como chinos, alguna cofradía más tendríamos.

Se dice que los chinos nunca mueren, o al menos no ponen esquelas, y otras fantasías así. Pero lo cierto es que los chinos son también sensibles a nuestra Semana Santa y han contribuido a su progreso. ¿O quién puso de moda las sillitas para aliviar el cansancio en las bullas? Los chinos incluso han sustituido a los imagineros de Olot en la elaboración de figuras religiosas baratas. Así que ya están haciendo méritos. Sólo falta que Adolfo Arenas nombre un delegado del Consejo de Cofradías para que los anime a fundar la décima del Miércoles Santo. O la undécima, nunca se sabe.

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