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No me pongas biscotes

El enfoscamiento de los desayunos tiene tambiénsu variante a la hora del aperitivo con los pateses

Soy más devoto del patecismo que del catecismo. Me gusta especialmente el sexto mandamiento patecista, el de no cometerás untamientos impuros al pegotón. Muero con un paté. De pequeño, cuando había obras en mi casa, me encantaba observar como los obreros utilizaban con maestría el palaustre y enfoscaban con cemento una pared de ladrillos vistos. Me encantaba el sonido que se producía cuando la mezcla impactaba con la pared y luego en el almuerzo intentaba repetir el fenómeno lanzando una cuchará de mayonesa contra el gallo empanao.

Tanto me capturaron aquellas imágenes infantiles que de mayor me he dedicado al enfoscamiento, aunque adaptando esta pasión por el palaustre a los desayunos e intercambiando el artefacto obrero por los cuchillos, preferiblemente de mangos amarillos.

Pero el enfoscado de los desayunos, centrado sobre todo en las zurrapas (el aguacate no enfosca bien), tiene también su variante a la hora del aperitivo y aquí aparecen otras de mis grandes pasiones, los pateses.

El paté no se enfosca… eso es de mala educación. Podríamos traducir su untamiento como lo que se denomina en el mundo albañileril como dar perlita, esa capa fina que pone las paredes más suaves que la piel de una manzana Granny Smith.

Para mí una comida de Navidad sin paté no tiene sentido. Muero con los pateses de perdiz, con el foie, en su versiones pija y pobre, con el de higaditos de pollo, con el de espárragos, pero mi debilidad es el paté de cabracho. Lo descubrí adolescente cuando mi padre me llevaba a El Faro y desde entonces estoy enganchado.

Pero si tengo debilidad por los pateses también tengo una manía que no sé si a ti también te molesta. Me da coraje encontrarme en un bar con un paté exquisito, aromático… deseable y, luego, que te los pongan acompañado de biscotes de esos cuadraditos que crujen menos que un grisini italiano mojao en caldo del puchero. Con lo buenas que están las tostaditas hechas con pan de viena, de Manolete, de baguete, de mollete…¿Por qué me ponen pan chungui de paquete? (rima apanrallada).

Igual que hace la Dirección General de Tráfico con los carnés por puntos, a los restaurantes que ponen biscotes para acompañar los pateses, les deberían quitar por lo menos tres puntos. No a los biscotes… y sí a las bizcotelas… que de esas me como tela.

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