"Con los tuyos, con razón o sin ella..."

NO hay expresión más canalla sobre la faz de la tierra. Hace grande al grupo, ya sea sociedad o colectivo vecinal, pero también a las jaurías y a las piaras. Hace años el gremio de la hostelería tenía como lema "el cliente siempre lleva la razón", en un claro reflejo de mostrarse servicial y solícito a las necesidades de quien se sentaba en las mesas de sus negocios para recibir un servicio. Años después, con la democracia bien entrada, se le colocaba a dicha frase la coletilla "hasta que deja de llevarla". Con la frase que encabeza este pensamiento en voz alta viene a suceder lo mismo. Podemos defender a nuestro grupo con uñas y dientes conscientes de que podemos estar escarbando nuestra propia tumba. Los nuestros, por mucho que los queramos, no tienen por qué llevar siempre la razón. Es por ello que en el ámbito político aún te sorprendes al ver funambulistas de bisagra oxidada (no la doblan ni por equivocación) que exaltan las excelencias de quienes hace apenas unos días eran unos ineptos. Andrés, ya se sabe, y el interés particular.