Huida de Afganistán

Lo importante es que los países que participaron en la fallida reinvención de Afganistán puedan repatriar a su personal y a sus colaboradores

El imperio británico, el soviético y el norteamericano: ninguna potencia extranjera ha logrado sus objetivos en Afganistán. Estados Unidos ha intentado durante 20 años institucionalizar el país asiático, democratizarlo y modernizarlo, pero el fugaz avance talibán ha demostrado que no se han creado bases sólidas y que la alianza con los señores de la guerra ha sido tan ineficaz como hace dos décadas, cuando estos integristas islámicos ya gobernaron la región para acabar con el caos sectario. Los talibanes han recuperado todo el país y han entrado en la capital, Kabul, sin que las fuerzas afganas, en las que EEUU ha gastado 83.000 millones de dólares, les presentase ninguna gran batalla. Todo indica que lo que se acordó en las conversaciones de Doha fue entregar, de un modo ordenado, el país a los talibanes, pero éstos han querido tomarlo antes del 31 de agosto. El presidente Ashraf Ghani ha huido de Kabul y muchos países occidentales, entre los que está Estados Unidos, han trasladado su embajada al aeropuerto de la capital. Lo importante en estos momentos es que los países que participaron en la fallida reinvención de Afganistán -entre ellos, España- puedan repatriar a sus diplomáticos, fuerzas de seguridad y colaboradores. El Ministerio de Asuntos Exteriores informó el sábado que desea traer a un centenar de personas, pero ahora deberá hacerlo bajo un acuerdo general de estos países con los talibanes. En esta ocasión, China y Rusia están apoyando a los nuevos gobernantes del país, por lo que es posible que se respete esta salida que no es más que una huida, humillante o no. El calificativo importa poco, pero Kabul se parece a Saigón. Hay que lamentar la situación en que se verán sumidas las mujeres afganas, a las que de facto se les niega la educación y una sanidad efectiva. Todos los esfuerzos humanos y económicos que han hecho países como España para solventar esta regresión social no han servido. El presidente Joe Biden heredó de Donald Trump el acuerdo con los talibanes, pero el demócrata ha actuado con ligereza al anunciar que las tropas saldrían sí o sí, incluso cuando la guerrilla integrista estaba haciéndose con el país antes de tiempo.

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