La rendición

Editorial

La amnistía no es el final del camino para los separatistas: el Gobierno de España estará sometido a un chantaje permanente

05 de noviembre 2023 - 00:45

Afalta de que el fugado de Waterloo dé su aprobación final, Pedro Sánchez ha formalizado esta semana la rendición ante los instigadores y cabecillas del intento de golpe separatista de octubre de 2017 en Cataluña. Lo hace a cambio de asegurarse la investidura y para garantizarse la permanencia en el poder durante toda la legislatura. A partir de ahora nada volverá a ser igual en la democracia española. Se ha traspasado un límite que antes del 23 de julio parecía infranqueable y que supone, en la práctica, tanto el desarme del Estado como un desprecio sin precedentes a la Constitución. Los delitos que se cometieron en contra del orden constitucional quedan olvidados y ese olvido se extiende también a todos los actos de corrupción y de terrorismo que rodearon los hechos de hace seis años. Quedan desautorizadas las instituciones que dieron la cara en defensa del Estado durante aquellos complicados días y eso incluye desde las Fuerzas de Seguridad al Tribunal Supremo pasando por la Corona. Se blanquea y se devuelve a la vida pública a individuos de la categoría ética y política de Carles Puigdemont, Quim Torra o Carme Forcadell y, lejos de buscarse la reconciliación, se ahonda el foso que parte en dos a Cataluña. En un ejercicio de cinismo vergonzante se justifica este disparate jurídico con apelaciones al Estado de Derecho y al orden constitucional, violados ambos por una norma que sólo busca el mantenimiento del poder. Pedro Sánchez tiene lo que quería, pero quien de verdad sale ganando es Puigdemont y todo lo que representa. Pero con la amnistía no se llega al final del camino. Sólo es el principio. El Gobierno de España estará a partir de ahora sometido a un chantaje del que no se va a poder sustraer. Lo veremos en los próximos meses y en los próximos años.

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