Tribuna

José maría esteban

Asesor de comunicación para empresas

Se buscan líderes disruptivos

Profesionales con años de experiencia en el asesoramiento financiero se han convertido, de la noche a la mañana, en meros dependientes de unos grandes almacenes

Se buscan líderes disruptivos Se buscan líderes disruptivos

Se buscan líderes disruptivos / rosell

ZAPATERO a tus zapatos, decía un viejo dicho que sonará prehistórico a cualquier millenial que se precie. Y rescato el viejuno consejo porque resulta evidente que la transformación tecnológica está confundiendo a muchas empresas que parecen haber olvidado cuál es realmente su razón de ser, y se han lanzado en una carrera alocada por buscar salidas. Cualquier salida.

Curiosamente, los ciudadanos se están adaptando más rápidamente a los cambios digitales que, por ejemplo, las administraciones y gobiernos (siempre por detrás de la realidad), y que las propias empresas, miedosas porque saben que sus decisiones de hoy pueden lastrar definitivamente su futuro.

Como ejemplo, valga recordar la rapidez inusitada con que la sociedad se ha adaptado al móvil como centro organizador de sus vidas. Con él establecen sus relaciones, se comunican con el entorno y, sobre todo, con él adquieren y pagan los servicios y productos que necesitan en su día a día.

Ante este desfase entre lo que espera el cliente y lo que siguen ofreciendo las empresas no cabe más alternativa para los directivos que asumir los riesgos de la innovación y tratar de conseguir productos y servicios adecuados para el ciudadano postdigital.

Y, precisamente, en los periodos de incertidumbre es cuando destacan los verdaderos líderes (capaces de arriesgar y redirigir un negocio), de los acomodaticios gestores que se niegan a poner en peligro su poltrona, entendiendo que se puede vivir constantemente en el corto plazo, sin levantar la vista hacia un futuro que se nos viene encima.

El sector bancario está siendo uno de los más afectados en este sentido, y necesita una reinvención completa de sus servicios para adaptarse a las nuevas necesidades. Sin embargo, esa capacidad de innovación en el ámbito financiero lo están liderando las conocidas como fintech: las grandes empresas tecnológicas (Google, Apple, Paypal…) y toda una caterva de startups que están aportando nuevas ideas a un sector que se ha quedado sin ideas. Hasta los loteros han pedido al Gobierno poder ofrecer servicios bancarios.

¿Y qué hace mientras tanto la banca? Pues en lugar de explorar nuevos servicios financieros, se echa en brazos del cortoplacismo y trata de mantener sus resultados fagocitando negocios ajenos. En las sucursales de hoy no se habla de hipotecas, fondos o préstamos, sino de televisiones, móviles y todo un sinfín de productos propios de un almacén de electrodomésticos. Profesionales con muchos años de experiencia en el asesoramiento financiero se han convertido, de la noche a la mañana, en meros dependientes de unos grandes almacenes.

Se trata, sin duda, del mayor despilfarro de talento jamás perpetrado en nuestra economía, no sólo por el gran número de profesionales que han sido expulsado delsector financiero, también porque, los que se quedan, se están dedicando a labores para las que nada sirve el nivel de formación y la experiencia acumulada.

Algo similar está ocurriendo con los grandes reyes de la distribución en nuestro país, incapaces de adaptarse a la realidad del comercio online. Parecen empeñados en mantener un sistema de venta caduco, diseñado para un cliente que ya no existe, mientras los grandes marketplaces mundiales le quitan a bocados pedazos de su negocio. Los grandes almacenes por antonomasia anuncian ahora que ofrecerán servicios de seguridad, alarmas y hasta limpieza, en un afán erróneo de apuntarse a negocios que no forman parte de su core principal. Y todo, porque resulta mucho más arriesgado tratar de innovar y buscar nuevos caminos en los que hay gigantes como Amazon o Aliexpress que le llevan años luz de distancia.

Obviamente, en la búsqueda de alternativas, cualquier empresa tiene derecho a diversificar su negocio, el problema surge cuando la falta de idea se trata de ocultar apostando por negocios puntuales que sirven para solucionar un momento puntual, pero no para ganar el mañana. Se trata de entender que el futuro se gana a través de la innovación, adaptando los servicios a las nuevas necesidades de los clientes y desarrollando productos diferentes y diferenciadores.

Quizás la expresión zapatero a tus zapatos se haya quedado, efectivamente, anticuada y, a partir de ahora, el zapatero ya no tendrá que ofrecer zapatos, sino soluciones para caminar que supongan una experiencia nunca antes conocida por el ser humano desde que se puso a dos patas. Ahí está el futuro.

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