La conducción bajo la influencia del alcohol o las drogas y la conducción sin permiso, por no haberlo obtenido nunca o por estar privado del mismo, son los principales delitos contra la seguridad vial que se cometen en la provincia. Lo constatan las estadísticas presentadas en muchas ocasiones por Tráfico y también las acusaciones que la Fiscalía de Seguridad Vial realiza de los que casos que tramita a lo largo del año. En 2014, los últimos datos que se conocen, estas infracciones supusieron más de 2.600 escritos de calificación de los alrededor de 2.800 que realizó el Ministerio Fiscal.

Si bien, estas acusaciones de la Fiscalía, y a su vez se intuye que los delitos, están experimentando un descenso en los últimos años. Con excepción de ese año, el 2014, donde sí hubo una subida, la tendencia es a la baja. Aunque aún no son públicos los datos de 2015, parece que volverán a bajar, algo que viene sucediendo desde hace algunos años más. La media estaría en un 10% anual.

Para la Fiscalía de Seguridad Vial en Cádiz, cuyo responsable es Juan Bosco Anet, este descenso tiene mucho que ver, sin olvidar las crisis económica con menos coches circulando, con el trato penal de estas conductas. Y es que se agravó considerablemente desde el año 2007, con penas de multas más altas y la privación del permiso de conducir, una pena que no se suele suspender en ningún caso. El efecto disuasorio de la posibilidad de perder el carné durante un tiempo prolongado hace que la gente se conciencie, que es lo que se pretende finalmente.

Las condenas de prisión, explicaron las mismas fuentes, suelen ser excepcionales, aunque la mayor parte de los que van a prisión por delitos de seguridad vial son los conductores reincidentes en circular sin permiso. En España, hay más de mil personas que están en prisión por haber sido pillado sin carné en más de una ocasión (normalmente esta condena se solicita para la tercera o cuarta vez) y en Cádiz, también hay algunos, una cifra que desde Fiscalía consideran alta.

Las estadísticas de 2014 reflejan 1.527 acusaciones por conducir bajo los efectos de alcohol y drogas, 1.114 por conducir sin permiso, y ya, muy lejos, la conducción temeraria (67 escritos de calificación), lesiones por imprudencia (54), negativa a someterse a las pruebas (25), homicidios por imprudencia (10), exceso de velocidad punible (7), conducción temeraria con desprecio a la vida o integridad (4) y alteración de la seguridad de la vía (4). Además se solicitó el sobreseimiento de 141 procedimientos.

Así, la mayoría de las infracciones cometidas son los denominados delitos de riesgo, que la conducta ya en sí supone un riesgo para la seguridad pero que no termina con resultado de accidente o el accidente es muy leve. En esos casos, el proceso se suelen tramitar con bastante agilidad y las conformidades suelen ser habituales.

Otra cosa es que haya heridos con lesiones graves o fallecidos, donde entrarían ya delitos como homicidio o lesiones con imprudencia. Aunque son muchos menos, en estos procesos se hace una investigación más profunda, con diligencias previas, y siempre interviene el fiscal. Las penas de prisión que establece la ley para estos casos no son excesivamente altas. Tampoco la prisión provisional para estos conductores es algo común, aunque también se dan si se observa una serie de circunstancias, como puede ser el riesgo de fuga o con un resultado gravísimo o no están acreditadas todas las circunstancias para la protección de las víctimas, pero no suele extenderse hasta el juicio.