La suerte de vivir unos días de ensueño en un enclave único elegido por las antiguas civilizaciones a las afueras de Jerez

Los romanos dejaron una enorme herencia durante siete siglos, a lo largo y ancho de lugares tan extraordinarios como en el que se encuentra Casa Viña Romanito, ubicada a las afueras de la ciudad de Jerez cerca de la pedanía de Mesas de Asta, antigua Asta Regia entre el año 1250-850 a.C. Se trata de un enclave único elegido por las antiguas civilizaciones por la riqueza de la tierra y la excelente localización. Distintas investigaciones defiende la existencia allí del asentamiento tartésico que, posteriormente, fue una influyente ciudad romana, de ahí su denominación de Regia.

Casa Viña Romanito ha sido rehabilitada recientemente sobre los muros de una edificación de finales del siglo XVII. En el siglo XIX fue propiedad de Pedro Domecq Lustau, casado con Carmen Núñez de Villavicencio, propietario de bodegas Pedro Domecq famosas por sus excelentes vinos, bisabuelos de los actuales propietarios.

Casa rural-museo

La finca tiene una superficie total de 535 hectáreas de tierra rica y fértil. Quince de estas hectáreas están dedicadas al cultivo de la vid con unos impresionantes viñedos que se observan desde la casa y otras 20 a olivar y el resto de trigo, avena, remolacha, girasol y garbanzos.

Los 485 metros cuadrados de este cortijo se encuentran repartidos en diferentes estancias para que grandes y pequeños pasen unas fantásticas vacaciones o retiro a las afueras de la ciudad. Cada uno de los dormitorios diseñados al detalle, están pensados para el descanso y la comodidad, sin perder un ápice de encanto. Cada uno de los cinco dormitorios cuenta con baño privado en cada uno de ellos.

Dispone de un gran salón de ocio con diferentes juegos para grupos, mesa de billar, ping-pong y diana. Resulta llamativo que todas las estancias de la casa conservan multitud de detalles históricos que podrá admirar durante su estancia. Piezas y figuras heráldicas únicas junto con objetos de la época o reconocidas pinturas artísticas. En el caso de querer disfrutar de alguna experiencia o aventura sin ir lejos, desde el cortijo le facilitan algunas propuestas muy interesantes como vuelo privado en globo o una cata de vinos de Jerez con sumiller para conocer el mundo de los vinos, entre otras.