Atuendo y calzado cómodo, un buen desayuno, música para la hora y cuarto de carretera y en menos de lo que esperás estarás en uno de los lugares más bellos y singulares de la provincia de Cádiz. Debes llegar a Algeciras, para disfrutar de una de las rutas de senderismo más agradecidas de este rincón andaluz: la ruta del río de la Miel, en pleno Parque Natural de los Alcornocales. Un sendero que discurre junto a la ribera del cauce del río, regalando bellos enclaves naturales e interesantes elementos culturales.

En marcha

Para dar comienzo a la ruta nos dirigimos hasta la barriada de El Cobre, junto a las últimas ventas de la carretera que sale hacia Botafuegos y Los Barrios. El recorrido es de dificultad baja y corto, unos 2,4 kilómetros de ida apenas se completan en 50 minutos. Una opción de senderismo apta para todos los públicos, independientemente de la condición física. En verano hay quien aprovecha para darse un baño.

Este sendero recorre la ribera del río Miel entre elementos naturales y culturales. Las ruinas de acequias y molinos, el empedrado del suelo, el puente de estilo medieval o la fuente de las Niñas, se dejan ver a duras penas entre la exuberante vegetación de esta selva tropical, último reducto de los bosques que hace millones de años poblaban el continente.

Bóvedas vegetales que encuentras en el sendero del río de la Miel.

Hay puntos en el trayecto muy amplios, ideales para realizar paradas, descansar, compartir juegos y planificar la sesión de fotografías que podrás realizar en este paraje idílico. Roza lo paradisíaco, gracias a la densidad de la vegetación de su bosque de ribera. Éste obliga a numerosas plantas trepadoras a enredarse en los troncos buscando la luz y construyendo una bóveda vegetal, provocando un clima especial que ha permitido la supervivencia de especies desaparecidas del resto del continente europeo, como el rododendro u ojaranzo. También destaca en esta zona, una de las mejores alisedas del parque natural.

La abundancia de agua hizo que en estas gargantas se instalaran molinos harineros que aprovechaban la energía limpia para hacer funcionar el ingenio hidráulico. El sendero finaliza en una bonita cascada, donde la temperatura siempre disminuye, de modo que, hay que ir preparados.