2023 acabó con un nuevo puesto en el Mercado de Abastos de Jerez. Nuevo en todos los sentidos porque el producto también lo es: pan completamente artesanal. Pero detrás hay una gran historia de esfuerzo y desafío, la de Antonio Guillén Cerezuela (Jerez). Educador social, ejerció como tal hasta 2012. Dirigió una casa de acogida en Proyecto Hombre durante una década. Posteriormente, también ejerció como tal en el Comedor Social de El Salvador, durante la crisis de 2007-2012. “Terminé muy cansado”. Una vez en el paro, alquiló un huerto. “Dije: por aquí van a ir los tiros. No tenía más ganas de volver a lo social”, rememora el jerezano.

Entonces, a los 40 años, alquiló una parcela más grande en Las Pachecas. Comenzó cultivando verduras hasta que un día hizo pan después de ver vídeos en Youtube. “Me compré tres libros de pan, me puse a ver vídeos y, al final, terminé aprendiendo”, bromea. En aquella etapa de su vida, Guillén era cooperante de una ONG en los campos de refugiados saharauis de Argelia. Por ello, cada seis meses iba a Argelia y pasaba un mes al año donde le enseñaron a hacer el ‘pan del desierto’ (enterrado en la tierra). “Una cosa se juntó con la otra y acabé haciendo pan”, incide.

La marca

La Gallina Violeta rompió el cascarón en 2013. Este original nombre se debe a que también tenía 150 gallinas ponedoras, y lo completa ‘violeta’ porque es el color de la amatista, la piedra de la espiritualidad y en sus inicios también destinaba un espacio a la meditación, así como a otras actividades un día a la semana. “Gallina por los productos y violeta por el espacio”, resume.

Clientes de La Gallina Violeta, en el mercado de Abastos de Jerez.

En sus inicios, se trataba de una empresa familiar. Guillén subraya que en este radical cambio laboral, en esta gran transición, su familia le acompañó. “Supuso un cambio para todos y la verdad es que fue muy bien”. Durante años, La Gallina Violeta entregaba a domicilio sus productos (huevos, verduras, hortalizas…) en distintas localidades de la provincia. Todo ha evolucionado con el paso del tiempo. En la actualidad, ha trasladado el obrador y cuenta con un equipo. Además, desde el pasado 25 de noviembre de 2023, ya regenta el puesto 26 en el mercado de Abastos de Jerez, en la calle Doña Blanca.

Panes

El pan de La Gallina Violeta es fruto de un proceso artesanal, en el cual intervienen muy pocas máquinas o ninguna. “Es un pan natural, de masa madre con materia prima buena, harina molida a la piedra. Son panes muy nutritivos y digestivos”. Hace más de una década que utiliza la espelta, fundamental en muchos de los productos que elabora.

Productos que vende La Gallina Violeta en el mercado de Abastos de Jerez.

En su puesto puedes encontrar pan de espelta normal o integral, de centeno integral, trigo normal y trigo integral, multi cereales, pan de molde, bollería... todo en diferentes formatos. al igual que las panaderías tradicionales, trabajan por la noche hasta que por la mañana carga el vehículo con el género que vende en la plaza o entregan a domicilio.

Satisfacción

Emprender a esa edad y elaborar pan conllevó diversas transformaciones en su vida y, ahora, con la apertura en el mercado ha dado otro salto: “La respuesta ha sido muy buena. Hemos pasado de entregarlo, a que la gente venga y nos conozca. Sabía que iba a funcionar porque el producto es bueno, pero no esperaba que fuera tan rápido”, afirma. Una de las cosas que más le satisface es el feedback de los clientes. “Hay quien nos dice que antes el pan le caía mal y el nuestro le cae estupendamente, así que estoy muy contento”. Antonio Guillén, pese a las dificultades que puede tener cualquier pequeña empresa, asegura que se siente muy bien haciendo lo que quiere “y funciona”.