El Buen Fin adquiere la advocación de Nuestra Señora de las Aguas

La hermandad de la Sagrada Lanzada ha recibido el visto bueno a través de un decreto de monseñor José Rico Pavés para la aprobación de unos nuevos estatutos que introducen el cambio de la advocación de la titular mariana de la cofradía, llamada hasta ahora como Buen Fin, para pasar a llamarse como Nuestra Señora de las Aguas. Llevando consigo también el cambio del nombre de la carmelitana hermandad.

Esta importante decisión apoyada con un extensa argumentación de motivos históricos del que subyace la llegada de la imagen que tallara Luis Álvarez Duarte. Explica la corporación que en 1972, “cuando siendo hermano mayor Joaquín Baro de Alba la imagen pasa a las dependencias de la hermandad. Ya para ese momento se había desechado la sustitución de la que procesionaba en el misterio, y se planteaba una segunda titular mariana. En estos años es propiciado por este hermano un profundo proceso de mímesis con la Hermandad de la Sagrada Lanzada de Sevilla, verificable en el cambio del escudo que se llevó a cabo, y en el cambio de la túnica marrón de cola por una de capa colores rojo y crema, copia de la de la hermandad sevillana, que no se llevó a efecto por el veto del director espiritual. Y es en esta mímesis donde se encuentra el argumento para la advocación de Buen Fin, como la de Sevilla, con la que se comienza a denominar a esta segunda imagen”.

Se reseñan a continuación dos aspectos para el cambio de advocación de la Dolorosa de Álvarez Duarte. Por un lado la advocación de Aguas se relaciona claramente con el agua que mana del costado abierto de Cristo, prefiguración como ya queda dicho del sacramento del bautismo, sacramento iniciático de incorporación a la comunidad cristiana mediante el lavado con agua del pecado original, y que otorga el don de la gracia”. Además se explican algunos pasajes bíblicos del profeta Ezequiel “en la que el profeta narra el río de vida que mana del trono de Dios, clara prefiguración del momento de la lanzada”, y del primer libro de los Reyes que fundamenta el origen de la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo: “Y a la séptima vez dijo: He aquí que una nube pequeña como la palma de un hombre sube del mar” En esta pequeña nube, prosigue el argumentario, “se vio ya desde antiguo la prefiguración de una virgen de la que nacería El Mesías, y en torno a cuyo culto se funda en dicho monte una comunidad de eremitas, progenie de la orden carmelita; razón por la cual la orden tiene a San Elías, protagonista del suceso, como padre inspirador celebrando la solemnidad de su memoria”.