El cartel de este año, de Lorenzo Otero, para la hermandad de las Viñas, es un homenaje al puente de la Calle Arcos, como antesala de su entrada triunfal en el barrio la cofradía vive uno de los momentos más especiales de todo el recorrido en este lugar, un espacio donde como pocos nos impacta el arte urbano contemporáneo a través de los graffitis de sus muros. Al igual que ocurre en el Candem town de Londres o el viejo muelle de Amsterdam, aquí en Jerez tenemos nuestro pequeño museo de arte callejero y contra pronóstico es el lugar donde una hermandad con gallardía se mezcla con el entorno incluso llegándose a llamar el propio puente con el nombre de su titular. De ahí el autor ha cogido los recursos estéticos queriendo llegar además del cofrade a otros sectores de jóvenes y no tan jóvenes e incluso alejados de la Iglesia donde puede verse como algo arcaico y pasado de moda.

Aquí en el cartel el Santísimo Cristo de la Exaltación se hace presente y tiende puentes a todos con sus brazos abiertos en señal de acogida. Una imagen con una silueta inconfundible que se retrata en primer plano y aparece sobre uno de los módulos constructivos de hormigón del propio puente y que el autor usa como composición espacial, es como tomar prestado un trozo de ese lugar, un bloque que además tiene forma de cruz griega y que sirve para remarcar la importancia que tiene en el calendario la exaltación de la cruz para la corporación.

Los colores se hacen muy atractivos y vivos predominando los corporativos de la hermandad de las Viñas, azul, rojo y blanco y una gama de complementarios para el rostro del Señor. Lorenzo Otero comenta sobre esta obra suya que “no sé si el cartel será un grito en la pared pero sí es una obra sin complejos, valiente, alegre y aperturista como la hermandad de las Viñas y que desde luego está realizado desde los ojos de la fe”.

Cartel de Lorenzo Otero para la hermandad de la Exaltación.