Cofradías

Cristo y María marcaron un día grande de Cuaresma

  • Las cofradías lucieron a gran altura en una jornada de veneraciones con buen tiempo y mucha afluencia de público

Nuestra Señora de la Piedad en la capilla del Calvario.

Nuestra Señora de la Piedad en la capilla del Calvario. / Miguel Ángel González (Jerez)

Por fin llegó un domingo decente en lo meteorológico. No hizo el calor recordado de otrora pero tras dos domingos con frío, viento y lluvias, la jornada supo a los cofrades a gloria bendita. Una gran jornada de veneraciones en un buen número de sedes canónicas que expusieron a sus imágenes para todo el pueblo devoto.

Veneraciones de hermandades de barrio como la del Cristo de la Sed con esa elegancia que siempre saben poner los cofrades de la Zona Sur. Actos de categoría en templos nuevos para las cofradías como el Perpetuo Socorro en Las Torres y su Virgen de las Bienaventuranzas. O el Señor de Bondad y Misericordia en San Juan de Dios. Y el Señor de la Salud de San Rafael que en Federico Mayo clavó su cruz para ser centro de la devoción del barrio.

Pero también fue un domingo grande de imágenes grandes. Enormes como la Santísima Virgen del Valle en San Telmo o el Señor de la Sentencia en La Plazuela. El barrio vestía sus mejores galas porque las dos grandes cofradías de la zona rayaron a gran altura, congregando a muchos cofrades que, cada año, no faltan a la cita.

En el barrio antiguo estuvo María Santísima del Consuelo que ya sueña con su nuevo palio para el Miércoles Santo. Y Madre de Dios del Patrocinio en Santa Marta. Y en el centro de la ciudad dos clásicos como el Ecce-Homo en San Dionisio y el Sagrado Descendimiento en la iglesia de la Victoria. Una obra inconmensurable que cada vez atrapa más y sorprende hasta a los incrédulos. Gran montaje para este misterio donde el Señor desciende de la Cruz.

En la basílica del Carmen la Sagrada Lanzada y la Virgen del Desamparo en Santiago marcando elegancia y hermosura junto a su Señor del Prendimiento.

El clasicismo de la Amargura en Los Descalzos no faltó en este cuarto domingo de Cuaresma y en Santa María de Gracia el Santísimo Cristo del Amor. En Guadalcacín, el Señor de la Entrega que ya espera para un Sábado de Pasión histórico.

María Santísima de la O fue Esperanza nuestra franciscana en el convento de Capuchinos. Y el Señor de las Misericordias, titular de la Candelaria que fue referente, un año más, de un río de devotos en la zona norte de la ciudad. María Madre de la Iglesia estuvo con sus hijos salesianos de Lora Tamayo.

Un poco más allá, justo en el Calvario, una de las grandes joyas que guarda Jerez. Nuestra Señora de la Piedad en la capilla del Calvario. Piedad de grandes destellos de belleza. Línea bellísima que marca la Cuaresma cuando llega su domingo. El día en el que Ella desciende de su altar y se entrega a sus hijos ofreciendo sus manos y su infinita hermosura.

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