Desconsuelo cofrade sobre la escalera del madero

Santa Marta

Las calles y rincones de San Mateo se tiñen de luto con el paso de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad.

Preciosa vista aérea del paso de misterio del Traslado al Sepulcro en su paso por calle Justicia.  Foto: Jose Contreras
Preciosa vista aérea del paso de misterio del Traslado al Sepulcro en su paso por calle Justicia. Foto: Jose Contreras
J.p. Lobato

Jerez, 24 de marzo 2016 - 07:50

LA cantidad de cera roja en la plaza de San Mateo anuncia la resaca cofrade acontecida en este mismo enclave esta misma madrugada. Bellos rincones de un barrio que vive la Semana Santa a través de dos cofradías con un sentir diferente y con distintas maneras de procesionar que despiertan el fervor de sus calles a la hora torera.

Miércoles Santo que para San Mateo es Caridad, Santa Marta y Patrocinio. Una delicia de Hermandad que surgió, precisamente, del gremio de la hostelería y que durante casi veinte años tuvieron el honor de protagonizar el perdido y tan ansiado Sábado Santo. Durante otros casi cuarenta, la cofradía compartió la iglesia de San Mateo para terminar siendo vecinos de Las Penas. Santa Marta ha cambiado también al cabo de los años, tanto estética como musicalmente, adaptándose y dando su toque especial al que muchos consideran el día grande de la Semana Mayor jerezana.

Desde las cuatro y media, el público cofrade empieza a agolparse en las inmediaciones de la capilla del Cristo de la Caridad, dando esta vez la espalda a la iglesia de San Mateo mientras el estandarte de Los Judíos se sitúa de cara a la Hermandad. En la gran puerta del templo cuelgan dos grandes banderolas con imágenes de los titulares de la cofradía, Caridad y Penas y Lágrimas sobre las maderas y la Virgen del Patrocinio a la derecha. En la puerta, los dos tradicionales grandes faroles con velas negras, el mismo color de los nazarenos que comienzan a salvar los primeros metros hacia la Carrera Oficial.

La Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Caridad se sitúa a la derecha de la puerta para dar la bienvenida al paso al misterio de la Hermandad, que cada año vuelve a poner en las calles de Jerez una de las escenas más lúgubres de la Pasión. Cristo muerto sobre una de las escaleras de la cruz que portan Nicodemo y José de Arimatea. A su lado, Santa Marta con los clavos de Jesús que observa contenida la escena. Atrás, cerrando el conjunto rigurosamente, Penas y Lágrimas de María que busca comprensión mirando al cielo.

Y un año más, Madre de Dios del Patrocinio con su palio de malla y su dolor sereno acompañó a la cofradía por las calles ante los sones de la Banda de Música Nuestra Señora del Rosario. Cada Miércoles Santo es poesía la forma en que la cofradía de San Mateo va en busca de la de Hermandad de San Lucas, de cómo la cruz de guía de las Tres Caídas sigue al palio del Patrocinio y las corporaciones juntas hacen su propia Carrera Oficial por el casco más antiguo de Jerez.

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