El Ejército volvió a postrarse a los pies del Cristo de la Defensión

Un Martes Santo más, el convento de Capuchinos acogió la tradicional ofrenda que el Ejército hace al Santísimo Cristo de la Defensión anualmente, una relación, hay que recordar, que se remonta nada menos que a 1795, cuando el crucificado que tallara José Esteve Bonet llegaba a Jerez procedente de Valencia con honores militares por el Regimiento número 18 de España, cuya guarnición se encontraba por aquellas fechas en nuestra ciudad, hoy establecida en Valencia.

La misa de ofrenda comenzaba poco antes de las 11 de la mañana, con un convento de Capuchinos engalanado para la ocasión y con un desfile en la calle Sevilla de una escuadra de bastidores del regimiento de artillería antiaérea número 74 a los sones de la banda del Soria 9. Posteriormente tuvo lugar una procesión de entrada encabezada por la Cruz de Guía arbórea de la hermandad en la que formaron parte miembros de la hermandad, una representación cívico militar y oficiante y que recorrió el pequeño tramo que comprende la puerta del convento de la calle Sevilla hasta la de salida de los pasos, en Divina Pastora.

La presencia militar se completó con una representación de las Fuerzas Armadas (Tierra, Aire y Armada) y de los cuerpos de seguridad del Estado, concretamente de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía.

Finalizada esta pequeña procesión, comenzó la misa de ofrenda, con predicación a cargo del vicario episcopal castrense del Ejército del Aire, Pablo Panadero Sánchez.

Al finalizar la homilía, el comandante militar de cádiz y gobernador militar del Campo de Gibraltar, Antonio León Villaverde, realizó su ofrenda a los pies del Santísimo Cristo de la Defensión, pidiéndole por las Fuerzas Armadas y por España.

A continuación, la hermandad de la Defensión nombró hermanos honorarios de la corporación al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil y posteriormente, una vez finalizada la eucaristía, se realizó el homenaje a los caídos, en la que Antonio León Villaverde y el hermano mayor de la cofradía, Guillermo Vallejo Vázquez, postraron ante el paso del Santísimo Cristo de la Defensión una corona de laurel mientras la banda del Soria 9 interpretaba de fondo la marchas La Muerte no es el Final y el Toque de Oración, sin duda, el momento más emocionante de toda la mañana. A la finalización se interpretó el Himno Nacional, dándose por concluido el acto.