EL TRANSPORTE

Elegancia a raudales desde La Merced para todo Jerez

  • El cortejo aumentó este año hasta cerca del cuarto de millar de nazarenos

Hay expectación, mucha expectación en plaza de Santa Isabel, junto al que fuera hospital de la Ciudad. En ese lugar, donde, según cuenta la leyenda, allá por el siglo XIII se hallara una imagen de una Virgen Morena, un hervidero de gente espera que den las cinco y veinte de la tarde para que se abran las puertas que dan acceso al templo de la Basílica en la que se venera a la Patrona, Merced de todos los jerezanos. La expectación se palpa en el ambiente: hay ganas, muchas ganas de Semana Santa, y la benigna meteorología de la que disfrutamos, a pesar de las molestas rachas de viento de Levante, hace que esas ganas aumenten de manera exponencial.

Una vez que aparece en la barroca portada del templo mercedario, ya magníficamente restaurada, la Cruz de Guía de la Hermandad del Transporte, y el cortejo, que ha aumentado este año hasta unos 230 nazarenos, orgullo de su cofradía, que dicen que es su mejor estreno, vestidos de inmaculado blanco, con su correa y su característico escudo cuatribarrado, sale muy ordenado y abandonando lentamente su sede canónica, camino de una calle con tanto duende y arte como Merced. Nazarenos que evocan a aquellos transportistas que, hartos de kilómetros por infames caminos y carreteras, allá por los años cincuenta, decidieron fundar una corporación para, refugiándose en la blancura de sus túnicas, reflexionar y meditar sobre lo que de verdad merece la pena en esta vida.

¡Cuánta gente buena ha pasado por esta Hermandad! Diego Conde Fray Mariano...

A los magistrales sones, un año más, de la Banda de Cornetas y Tambores del Rosario de Cádiz, poco a poco va viendo la luz de esta tarde luminosa del Domingo de Ramos el majestusoso paso de Jesús del Consuelo, con su un novedoso exorno de rosas rojas. La cuadrilla de 50 costaleros, a las órdenes de Manuel Monje, hermano mayor de la Cofradía, llevan con cadencia y buen compás este soberbio y monumental paso, con la novedad de volver a pasar, tras muchos años, por Porvera y Escuelas de ida hacia el primer Templo de la ciudad.

¡Cuánta gente buena ha pasado por esta Hermandad! Diego Conde, el padre Jesús, Fray Mariano y tantos otros que deben hoy tener loco a todo el cielo porque el Transporte está en la calle

Tras la salida del Señor del Consuelo, es Madre de Dios de la Misericordia, belleza sin igual salida de las gubias de Sebastián Santos, que estrena en este 2017 un rostrillo del siglo XVIII, en su portentoso y originalísimo palio, quien aparece bajo el dintel del templo basilical a los sones de Banda de Música de Ntra. Sra. del Carmen, de Villanueva del Alcor (Huelva), que es quien se encarga de poner la nota musical a este compás costalero que se derrocha por Merced, el arco de Santiago, y Ancha, calles de honda raigambre flamenca. A reseñar el exorno floral, de claveles blancos, que la cofradía mercedaria ha decidido recuperar después de un buen número de años. El buen hacer de Jaime Racero y los treinta y cinco costaleros que van a una a su voz y portan a la, no me canso de decirlo, hermosísima Morena del manto blanco.

A medida que la tarde va avanzando, la Hermandad mercedaria cumple con rigor su entrada en Carrera Oficial y encara, con sobriedad medida pero majestuosa, una vez hecha la estación de penitencia en el primer templo de la ciudad, la vuelta a su Basílica por las estrechas calles de las collaciones de San Marcos y San Juan, para enfrentarse al templo de Santiago, donde el duende y el arte se combinan para dar a Jerez una composición que no puede superarse.

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